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miércoles, 26 de septiembre de 2012

mala gente que camina. Daniel Fernández

























Mala gente que camina
y va apestando la tierra
Antonio Machado




A los que podan las risas
a los mutiladores de los amaneceres
a los vendedores de miedo
a los que envenenan las palabras
a los que ponen zancadillas en el corazón
a los asesinos de cometas

afortunadamente nos dais asco
no nos vais a robar las ilusiones

martes, 18 de septiembre de 2012

un poema de Daniel Fernández


























Calcetines que duermen
sin saber el camino
que tomarán mañana

pizarra que ignora
qué palabras dirá

árbol que no sospecha
quién habrá de abrazarlo

canción que no imagina
quién la tendrá en los labios

cualquiera puede ser
árbol  pizarra
canción o calcetines

miércoles, 12 de septiembre de 2012

el dios ha muerto. Adonis

















Quemé hoy el espejismo del sábado,
el espejismo del viernes.
He tirado la máscara de mi gente,
la máscara de la casa.
He cambiado al dios ciego de la piedra
y al dios de los siete días,
por un dios.


De: El libro de las huidas y mudanzas por los climas del día y de la noche

miércoles, 5 de septiembre de 2012

mi muerte. Raymond Carver






















Si tengo suerte, estaré conectado
a una cama de hospital. Tubos
por la nariz. Pero intentad no asustaros, amigos.
Os digo desde ahora que está bien así.
Poco se puede pedir al final.
Espero  que alguien telefonee a los demás
para decir, “¡ven rápido, se está yendo!”
Y vendrán. Así tendré tiempo
para despedirme de las personas que amo.
Si tengo suerte, darán un paso adelante
para que pueda verles por última vez
y llevarme ese recuerdo.
Puede que bajen la mirada ante mí y quieran echar a correr
y aullar. Pero, al menos, puesto que me quieren,
me cogerán la mano y me dirán “Valor”
y “Todo va a ir bien”.
Y tienen razón. Todo va a ir bien.
Me basta con que sepas lo feliz que me has hecho.
Sólo espero que siga la suerte y pueda mostrar
mi agradecimiento.
Que pueda abrir y cerrar los ojos para decir
“Sí, te escucho. Te entiendo”.
Incluso que pueda llegar a decir algo así:
“También yo te quiero. Sé feliz”.
¡Así lo espero! Pero no quiero pedir demasiado.
Si no tengo suerte, si no la merezco, bueno,
me tendré que ir sin decir adiós ni darle la mano a nadie.
Sin poder decirte lo mucho que te quise y lo mucho que disfruté
de tu compañía todos estos años. En cualquier caso,
no me guardes luto mucho tiempo. Quiero que sepas
que fui feliz contigo.
Y recuerda que te dije esto hace tiempo, en abril de 1984.
Pero alégrate por mí si puedo morir en presencia
de mis amigos y de mi familia. Si es así, créeme,
salí de mi vida por la puerta grande. No perdí esta vez.