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miércoles, 30 de junio de 2010



pues sí, finalmente fui a Literanta. Y la cosa no estuvo mal: conocí a Manuel Vilas (compré su libro) y a Agustín Fernández Mayo, no vi el fútbol, me tome una buena cerveza y, lo mejor de todo, encontré el último poemario de David Eloy Rodríguez, Para nombrar una ciudad, donde vienen poemas como éste:



COMO NIÑOS QUE TIRAN PIEDRAS A LOS TRENES



Creían que nos modelaban a su imagen y semejanza, que comíamos hojas
caídas y que cada uno heredaba la enfermedad de su padre.

Pensaban que se nos irían pudriendo las horas vivas en la telaraña bajo un alud de
hojarasca y cáncer, que el tiempo, tarde o temprano, cegaría las ventanas.

Pero nosotros éramos insomnes. Desobedecimos sus nanas de cieno y dedicamos
las noches a destejer sus mentiras y a pensar en pétalos y agua y en
música para bailar descalzos.

Era simulación que nos gustara el lodo, era mentira. Teníamos los ojos del
corazón abiertos, porque el corazón bastardo e inocente cuya gramática
amamos no descansa nunca:

nos guarda tras el horror, insomne.

viernes, 25 de junio de 2010

Chunguitos - Me quedo contigo "Deprisa Deprisa"




PRESENCIA

Me levanté a las diez y media de la mañana

Me orinaba

En el pasillo
La perra grande dormitaba

Me asomé al patio
El día era soleado

Ella estaba allí

El perro chico entró conmigo en el baño
Oriné y después le eché otra ojeada al patio

Ella seguía allí

Pero no estaba

jueves, 24 de junio de 2010

Chicks on Speed - We don't play Guitars




finalmente iré a la presentación del último libro de Manuel Vilas. Aprovecharé el viaje en coche para escuchar un cd de The Go! Tem (grupo que he descubierto gracias al blog Voces del Extremo). Luego me tomaré una cerveza en Literanta, compraré algún libro (incluyendo "Aire nuestro", por descontado), saludaré a los conocidos, a Manuel Vilas, suponiendo que alguien me lo presente, y aprovecharé el menor descuido para pirarme porque me aburren tales eventos, y, lo más determinante, porque tengo que levantarme al día siguiente a las cinco de la mañana para ir a currar.

miércoles, 23 de junio de 2010




Acabo de recibir este correo (remitido por Román Piña):

ESTE VIERNES 25 de Junio
a las 20'00 h.
En Librería Literanta, Palma, C/ Fortuny, 4, (cerca de Sta. Eulalia)
Os animo a venir a conocer en persona a uno de los poetas más salvajes y tiernos, más majos y originales que he conocido en mi vida.
MANUEL VILAS.
Viene de Zaragoza a hablarnos de su último libro, Aire nuestro (Alfaguara). Y así celebramos con él los 15 años de La Bolsa de Pipas.
Os espero a todos.
Román.


Casualmente libro el día 25, pero no sé si iré a Literanta: vivo a más de 60 kilómetros de Palma, y me da mucha pereza perder 2 horas en la carretera, por mucho que deseé conocer a Manuel Vilas...


MACDONALD'S (De Manuel Vilas)

Estoy en el MacDonald’s de la Plaza de España de Zaragoza,
haciendo la cola gigantesca,
con los ojos clavados en los carteles de los precios,
el dinero justo en la mano derecha,
billetes arrugados.

Estoy ahora en el piso subterráneo, arriba fue imposible.
Estoy sentado al lado de un niño negro que tiene en su mano
una patata amarilla untada de ketchup muy rojo:
Santísima bandera del otro mundo, el niño negro que resplandece,
mi hermano ciego.
El niño está solo, no bebe,
no le llega para la Cocacola, sólo patatas.
Sólo patatas, sólo patatas, esa desgracia,
esa soledad idéntica a la mía,
¿no lo entiendes?, sólo le llega para las patatas,
y está sentado, quieto,
en su trono, la negritud y el niño,
en el trono, allá, allá, en ese trono radiante.

MacDonald’s siempre está lleno.
Es el mejor restaurante de Zaragoza,
una alegría despedazada nos despedaza el corazón:
Por tres euros te llenan de cajas, de vasos de plástico, de bolsas,
de pajitas, de bandejas.
Es el mejor restaurante del mundo. Es un restaurante comunista.
Rumanos, negros, chilenos, polacos, cubanos, yo mismo,
aquí estamos, abajo, al lado de un muñeco,
al lado de un cartel que dice “I’m lovin’ it”. Tengo una bota encima de un charco
de un helado de nata deshecho. Miro la nata comerse el tacón de mi bota.
Una nata blanca, despedazada.
Arde el sol sin tiempo, bulle la mano sucia.

A mi lado, una niña de veinte años le dice a un tío de diecisiete
que no le importaría hacérselo con él. Con él, con él, un eco negro.
Y ríen y tragan patatas fritas.
Y yo trago patatas fritas.
Y dos maricas enfrente comiéndosela misma hamburguesa goteante,
cada boca en un extremo, y se manchan y se muerden.
Y tragan patatas fritas. Y se besan. Y se tocan. Y se despedazan.

En Londres, en París, en Buenos Aires,
en Moscú, en Tokio,
en Ciudad del Cabo, en Tucson, en Praga,
en Pekín, en Gijón,
somos millones, la tarde harapienta,
el dolor en el cerebro, la comida,
millones en miles de subterráneos esparcidos
por la gran tierra de los hombres.

Estoy en paz aquí con todo: barata la carne, barata la vida, baratas las patatas.
Me siento Lenin. Soy Lenin, el marica inusitado,
el gran hereje, el loco supremo,
el hijo de la última mano miserable que tocó
el monstruoso corazón del cielo.
Si Lenin volviera, MacDonald’s sería el sitio,
el palacio sin luna,
el gueto de las reuniones clandestinas.

Algo importante está sucediendo
en este subterráneo del MacDonald’s
de la Plaza de España de Zaragoza, pero no sé qué es. No lo sé.
De un momento a otro, vamos a arañar la felicidad:
el niño negro, los novios, el muñeco, la nata del suelo, mis botas.
Botas nuevas, de piel brillante, con la punta afilada en señal de muerte.
En MacDonald’s, allí, allí estamos.
Carne abundante por tres euros.

martes, 22 de junio de 2010

Tote King - Mentiras




ESCÁNDALO

Se produjo un gran escándalo
cuando un profesor, por exceso de trabajo,
se negó a operar
a un niño enfermo;
desesperados, los padres fueron a verlo a su casa
y lo sorprendieron
cortándole el pelo a su caniche en el jardín.
con sus precisos dedos .
Llamaron a los periodistas,
los periodistas llegaron corriendo y sacaron fotos,
mientras el profesor seguía cortándoselo dos horas más
así que pudieron fotografiarlo desde todos los ángulos posibles.
Al día siguiente, los periódicos publicaron en primera página
las fotos de un caniche blanco
y todos los que las vieron tuvieron que reconocer
que el corte era realmente espléndido.


Alojz Ihan


Traducción: Francisco Uriz

domingo, 20 de junio de 2010

Homenaje a Salvador Puig Antich

EJECUCION PUBLICA La pena de muerte en España. / CHICHO SANCHEZ FERLOSIO

EL VERDUGO

De los hombres lanzado al desprecio,
de su crimen la víctima fui,
y se evitan de odiarse a sí mismos,
fulminando sus odios en mí.
Y su rencor
al poner en mi mano, me hicieron
su vengador;
y se dijeron
«Que nuestra vergüenza común caiga en él;
se marque en su frente nuestra maldición;
su pan amasado con sangre y con hiel,
su escudo con armas de eterno baldón
sean la herencia
que legue al hijo,
el que maldijo
la sociedad.»
¡Y de mí huyeron,
de sus culpas el manto me echaron,
y mi llanto y mi voz escucharon
sin piedad!

Al que a muerte condena le ensalzan...
¿Quién al hombre del hombre hizo juez?
¿Que no es hombre ni siente el verdugo
imaginan los hombres tal vez?
¡Y ellos no ven
Que yo soy de la imagen divina
copia también!
Y cual dañina
fiera a que arrojan un triste animal
que ya entre sus dientes se siente crujir,
así a mí, instrumento del genio del mal,
me arrojan el hombre que traen a morir.
Y ellos son justos,
yo soy maldito;
yo sin delito
soy criminal:
mirad al hombre
que me paga una muerte; el dinero
me echa al suelo con rostro altanero,
¡a mí, su igual!

El tormento que quiebra los huesos
y del reo el histérico ¡ay!,
y el crujir de los nervios rompidos
bajo el golpe del hacha que cae,
son mi placer.
Y al rumor que en las piedras rodando
hace, al caer,
del triste saltando
la hirviente cabeza de sangre en un mar,
allí entre el bullicio del pueblo feroz
mi frente serena contemplan brillar,
tremenda, radiante con júbilo atroz
que de los hombres
en mí respira
toda la ira,
todo el rencor:
que a mí pasaron
la crueldad de sus almas impía,
y al cumplir su venganza y la mía
gozo en mi horror.

Ya más alto que el grande que altivo
con sus plantas hollara la ley
al verdugo los pueblos miraron,
y mecido en los hombros de un rey:
y en él se hartó,
embriagado de gozo aquel día
cuando espiró;
y su alegría
su esposa y sus hijos pudieron notar,
que en vez de la densa tiniebla de horror,
miraron la risa su labio amargar,
lanzando sus ojos fatal resplandor.
Que el verdugo
con su encono
sobre el trono
se asentó:
y aquel pueblo
que tan alto le alzara bramando,
otro rey de venganzas, temblando,
en él miró.

En mí vive la historia del mundo
que el destino con sangre escribió,
y en sus páginas rojas Dios mismo
mi figura imponente grabó.
La eternidad
ha tragado cien siglos y ciento,
y la maldad
su monumento
en mí todavía contempla existir;
y en vano es que el hombre do brota la luz
con viento de orgullo pretenda subir:
¡preside el verdugo los siglos aún!
Y cada gota
que me ensangrienta,
del hombre ostenta
un crimen más.
Y yo aún existo,
fiel recuerdo de edades pasadas,
a quien siguen cien sombras airadas
siempre detrás.

¡Oh! ¿por qué te ha engendrado el verdugo,
tú, hijo mío, tan puro y gentil?
En tu boca la gracia de un ángel
presta gracia a tu risa infantil.
!Ay!, tu candor,
tu inocencia, tu dulce hermosura
me inspira horror.
¡Oh!, ¿tu ternura,
mujer, a qué gastas con ese infeliz?
¡Oh!, muéstrate madre piadosa con él;
ahógale y piensa será así feliz.
¿Qué importa que el mundo te llame cruel?
¿mi vil oficio
querrás que siga,
que te maldiga
tal vez querrás?
¡Piensa que un día
al que hoy miras jugar inocente,
maldecido cual yo y delincuente
también verás!

Jose de Espronceda



"Cuando el estado fusila, todos apretamos el gatillo".
Pancarta contra la ejecución por fusilamiento de John Albert Taylor en la prisión de Salt Lake City, Utah, en 1996



Posted on 18 Junio, 2010 by Post Master

El prisionero Ronnie Lee Gardner, de 49 años, fue ajusticiado en una prisión federal de Utah. Llevaba 25 años esperando inútilmente la conmutación de la pena capital por la cadena perpetua. Había expresado su arrepentimiento, y sus familiares pidieron a los jueces clemencia

Ronnie Lee Gardner fue ejecutado a las 12:20 de hoy viernes por un pelotón de fusilamiento en la prisión federal Drape en Utah, en el oeste de Estados Unidos, condenado desde 1985 por su responsabilidad en un tiroteo público, en el que murió un alguacil de la ciudad de Salt Lake.

Pocos minutos antes, el prisionero fue amarrado a una silla negra y le colocaron una capucha sobre la cabeza, además le prendieron un papel blanco a la altura de su corazón para que sus verdugos apunten a ese lugar a manera de “tiro al blanco”. Un equipo de cinco hombres tomaron posiciones a siete metros de distancia, apuntaron sus rifles calibre 30, y tras la orden de rigor… “apunten, listos, fuego!”, dispararon.

Cuatro armas estaban cargadas con munición real y uno con balas de fogueo “para lavar la conciencia de los ejecutores y para que puedan dormir tranquilos, pensando que fueron los otros cuatro quienes realmente mataron al reo indefenso, como las de la Santa Inquisición”, escribió el periodista Carlos Fresneda, de Salt Lake City. “Así se sigue ejecutando en Estados Unidos en pleno siglo XXI”, añadió.

Ronnie Lee Gardner llevaba 25 años esperando el fatal desenlace. Su abogado, Andre Parnes, había pedido al juez de distrito, Robin Reese, que aplazara la ejecución. Sin embargo, el fiscal general adjunto de Utah, Tom Brunker, decidió seguir adelante con el plan, pese a las críticas internacionales y la mala imagen.

Una docena de familiares de Gardner realizaron una vigilia a las afueras de la prisión mientras el reo era fusilado, además en la localidad hubo protestas de los residentes. Una de las pancartas decía “cuando el estado fusila, todos apretamos el gatillo”.

El periodista de la BBC Rajesh Mirchandani comentó que hay nueve personas en esta situación y que cuatro ya han manifestado que quieren ser fusilados.

Gardner se convirtió en el tercer preso en estados Unidos que muere por fusilamiento desde que el procedimiento fue reactivado en 1976. En la actualidad unos 35 estados donde está autorizada la sentencia máxima, utilizan la inyección letal. La horca sigue también vigente en los estados de Washington y Delaware, mientras que la silla eléctrica funciona en media docena de estados. Desde que se reimplantó la pena de muerte en Estados Unidos hace 34 años, han exterminado a más de dos mil personas.

Estadísticas publicadas por diarios de Estados Unidos afirman que el 65% de los norteamericanos apoya aún la pena capital y el presidente Barack Obama la defendió durante su campaña electoral.

En el año 2004, como senador por Illinois, lideró una iniciativa para lograr una moratoria en la pena de muerte, pero no porque fuera injusta, sino por estar “viciada”. Como aspirante a la Casa Blanca, dijo “pena de muerte sí, pero en circunstancias especiales”, dijo.

Ronnie Lee Gardner se convirtió en el primer preso fusilado en el siglo XXI


http://magicaradio.wordpress.com/2010/06/18/este-viernes-a-mediodia-estados-unidos-fusilo-un-prisionero-al-estilo-del-siglo-xiv-14/

Barricada "Oveja negra"

sábado, 19 de junio de 2010

El Cabrero " Como el Viento de Poniente" El Cojo Manteca




En un mundo de fugitivos, quien tome la dirección
contraria parecerá que está huyendo.

Fernando Pessoa


De toda aquella pequeña tropa de ovejas modorras,
el maestro había apostado por nosotros,
por su pequeño grupo de elegidos.

Cada trimestre, tras los exámenes,
elaboraba un cuadro de honor con las notas
y los nombres de los cinco mejores.

En el centro creían que haciendo esto
fomentaban la competitividad,
mejoraban el rendimiento
y seleccionaban a los futuros dirigentes del país,
pero la verdad es que, quitando a los seis o siete imbéciles
que alternativamente perdíamos los ojos en los libros
por figurar en ella,
al resto de la clase
la lista,
las prebendas
y el orden de preeminencia que conllevaba toda aquella basura
se la traía floja,
y por eso mismo los profesores no hubieran dado por ellos
ni una chapa de Coca-cola.

Pero después, después,
mucho después,
resultó que los más sabios del colegio se estrellaron
por dentro y por fuera
de la misma exacta forma que todos los demás.

También ellos,
como el resto,
describieron su pequeña pirueta en este mundo
y después se hundieron en los infiernos...

No tuvo piedad la vida,
ni siquiera con aquéllos que figuraban en la lista del maestro,
en su quiniela,
su QH particular.

Don Francisco, cinco variantes, cinco,
y no acertó usted una mierda.


Antonio Orihuela

viernes, 18 de junio de 2010




MI BARCO

Están construyendo mi barco. En este momento está saliendo
del astillero. Reservé un lugar especial
allá abajo, en el embarcadero. Tendrá mucho
espacio mi barco
para todos mis amigos: Richard, Bill, Chuck, Toby, Jim, Hayden,
Gary, George, Harold, Don, Dick, Scott, Geoffrey, Jack,
Pay, Jay, Morris, y Alfredo. ¡Todos mis amigos!
Ellos saben quiénes son.
Tess, por supuesto. No iría a ningún lado sin ella.
Y Kristina, Merry, Catherine, Diane, Sally, Annick, Pat, Judith, Susie, Lynne, Annie, Jane, Mona.
¡Doug y Amy! Ellas son de la familia, pero también son mis amigas
y les gusta pasarlo bien. En mi barco hay lugar
para todos. ¡Hablo en serio!
A bordo habrá lugar para los cuentos de cada uno.
Los míos, pero también los de mis amigos.
Cuentos cortos, y los que no terminan nunca. Los verdaderos
y los inventados. Los terminados, y los que todavía estoy escribiendo.
¡También poemas! Poemas líricos, y los otros más largos, relatos oscuros.
Para mis amigos pintores, habrá pintura y telas a bordo
de mi barco.
Habrá pollo frito, carne para el almuerzo, quesos, bollos, pan francés.
Todo lo bueno que nos gusta a mis amigos y a mí.
Y una gran cesta de fruta, por si alguien quiere fruta.
Por si alguien quiere contar que comió una manzana,
o algunas uvas, en mi barco. Todo lo que quieran
mis amigos,
cualquier cosa, allí tendremos de todo. Gaseosas de todo tipo.
Cerveza y vino, claro. Cada uno tendrá lo que quiera, en mi barco.
Saldremos por el puerto bajo el sol, y nos divertiremos, esa es la idea.
Sólo pasar un buen rato por ahí. No pensar
en esto o aquello, o adelantarse o quedar atrás.
Cañas de pescar por si alguno quiere pescar. ¡Los peces
saltan a la vista!
Hasta podemos navegar un poco bordeando la costa, en mi barco.
Pero nada peligroso, nada demasiado difícil.
La idea es sólo divertirnos y no
asustarnos.
Comeremos y beberemos y reiremos mucho, en mi barco.
Siempre quise hacer un viaje así,
con mis amigos, en mi barco. Si queremos,
escucharemos a Schumann en la CBC.
Pero si eso no va, no importa,
cambiamos a la KRAB, The Who, y los Rolling Stones.
¡Todo lo que haga felices a mis amigos! Tal vez todos
tengan su propia radio, en mi barco. De todos modos,
vamos a pasarlo muy bien. Todos van a
divertirse,
y a hacer lo que quieran hacer, en mi barco.

MY BOAT

My boat is being made to order. Right now it´s about to leave
the hands of its builders. I´ve reserved a special place
for it down at the marina. It´s going to have plenty of room
on it for all my friends: Richard, Bill, Chuck, Toby, Jim, Hayden,
Gary, Jay, Morris and Alfredo. All my friends! They know who
they are,
Tess, of course. I wouldn´t go anyplace without her.
And Kristina, Merry, Catherine, Diane, Sally, Annick, Pat
Judith, Susie, Lynne, Annie, Jane, Mona.
Doug and Amy! They´re family, but they´re also my friends.
and they like a good time. There´s room on my boat
for just about everyone. I´m serious about this!
There´ll be a place on board for everyone´s stories.
My own, but also the ones belonging to my friends.
Short stories, and the ones that go on and on. The true
and the made-up. The ones already finished, and the ones still
being written
Poems too!. Lyric poems, and the longer, darker narratives.
For my painter friends, paints and canavases will be on board
my boat.
We´ll have fired chicken, lunch meats, cheeses, rolls.
French bread. Every good thing that my friends and I like.
And a big basket of fruit, in case anyone wants fruit.
In case anyone wants to say he or she ate an apple.
or some grapes, on my boat. Whatever my friends want,
name it, and it´ll be there. Soda pop of all kinds.
Beer and wine, sure. No one will be denied anything, on
my boat.
We´ll go out into the sunny harbor and have fun, that´s the idea.
Just have a good time all around. Not thinking
about this or that or getting ahead or falling behind.
Fishing poles if anyone wants to fish. The fish aer out there!
We may even go a little way down the coast, on my boat.
But nothing dangerous, nothing too serious.
The idea is simply to enjoy ourselves and not get scared.
We´ll eat and drink and laugh a lot, on my boat.
I´ve always wanted to take at least one trip like this,
with my friends, on my boat. If we want to
we´ll listen to Schumann on the CBC.
But if that doesn´t work out, okay,
we´ll switch to KRAB, The Who, and the Rolling Stones.
Whatever makes my friends happy!. Maybe everyone
will have their own radio, on my boat. In any case,
we´re going to have a big time. People are going to have fun,
and do what they want to do, on my boat.

Raymond Carver

jueves, 17 de junio de 2010

Sunday Bloody Sunday - Wolfe Tones





EL SALUDO

Los sábados por la tarde hacíamos cola
en la carnicería de Loudan. Ternera roja, cordel blanco,
Papel castaño para paquetes que se cortaba directamente
Sobre el borde del mostrador. Carne de segunda y uña de vaca,
Puestas sobre el mostrador de golpe, envueltas y con un lazo
perfecto,
Pero rezumando sangre. Como un peso muerto en cabestrillo,
Mucho más pesado de lo que hubiera esperado
Mientras mi padre apoquinaba moneda a moneda.

También los sábados por la tarde los policías voluntarios del
lugar,
Desaliñados, pero de servicio, infestaban el pueblo;
vecinos con armas desfilando de un lado para otro;
algunos saludaban con la cabeza a mi padre, al pasar,
Como si hubieran fallado un disparo de forma intencionada
O como si no lo conocieran justo en aquel momento.

Seamus Heaney

miércoles, 16 de junio de 2010

somali song (Waayaha Cusub)




Rap contra el radicalismo

Posted in Internacional on Abril 24 by djovenes

Rap contra el radicalismo

Itzel Coca itzel@djovenesdf.org

Waayaha Cusub es una banda de rap de origen somalí que utiliza su música para denunciar a los radicales islámicos que ocupan su país, conocidos como al-Shabaab, quienes según el grupo, pretenden librar una guerra santa. Desde su exilio en Kenia, el grupo integrado por once jóvenes de entre 15 y 30 años ha entregado alrededor de siete mil copias de su álbum y ha recibido más de cien mil visitas a su sitio en internet.

Usar la música como medio de denuncia es una tradición en África debido al miedo que generan los gobernantes por su autoritario uso del poder.

La única mujer que integra el grupo, Falis Abdi Mohamud, ha sido criticada por no cubrirse la cabeza como el resto de las musulmanas, aparece con jeans ajustados en sus presentaciones pero reivindica ser musulmana. Aunque se han presentado en Somalia, no han podido llegar a los lugares controlados por al-Shabaab, incluyendo sus ciudades natales. En estas zonas controladas por los rebeldes está prohibida toda música que no sea cantos coránicos

Su sitio de internet ha sido intervenido en ocasiones y algunos de los miembros del grupo han recibido amenazas de muerte, incluso el líder sufrió un ataque armado del cual resultó herido en 2007, pero ellos no se sienten intimidados y han seguido con su movimiento de denuncia a través de sus canciones: “No permitiremos que nadie nos calle”.

De acuerdo con el grupo, varios jóvenes se han dejado seducir por la falsa ideología que propaga al-Shabaab, confundiéndolo con la verdadera esencia de la religión, por eso ellos no pueden rendirse, “ellos malinterpretan nuestra religión y matan personas. Están malditos. No pueden ganar” afirmaron, según información del diario La Jornada.


http://djovenesdf.org/index.html/?p=678

martes, 15 de junio de 2010

Mogadishu 1984




ARFAYE

A man without a nickname is like a goat without horns.

—A Somali saying


Arfaye: the sweet-smelling one

Fattest Somali

In the city of Mogadishu

City without deodorants

Everybody knows his nickname

And the irony that sweetens the truth

Nobody knows his real name

I can see him now

In my mind’s eye

In the middle of Main Street

In the frying sun

Melting away

About to drown

In his sweaty khaki uniform

Flinging sweat away from his eyes

Trying to direct a traffic of stubborn donkeys

Skittish camels

(Impatient drivers poking their behinds)

Hauling grass and milk

Donkey-carts driver by heedless drivers

Who claim the city belongs to their clan and donkeys

Goats

Sheep

Cattle

All on their way to the slaughterhouse

Jay walkers

Paraplegic beggars scuttling on all fours

(An American nicknamed them spidermen)

Beeping Fiats and thunder-farting ancient Mussolini trucks without mufflers

Out of this medley

Sometimes

A relief

A release

Would appear

Quivering breasts of a careless bushwoman

Or some undulating steatopygous behind

Then

Arfaye would pause

Tilt his head

In worshipful wonder

Flash a smile

And throw darts of desire.


Mohamud Siad Togane



ARFAYE


Un hombre sin un apodo es como una cabra sin cuernos.

-Dicho somalí

Arfaye: el que huele dulce;
El somalí más gordo
de la ciudad de Mogadiscio,
ciudad sin desodorantes.
Todos conocen su mote
y la ironía que endulza la verdad.
Nadie sabe su verdadero nombre.
Tengo su imagen en la cabeza,
en medio de la calle principal,
friéndose al sol,
derritiéndose,
hasta casi ahogarse.
Con su sudoroso uniforme caqui,
apartando el sudor de sus ojos,
intentando dirigir el tráfico de burros testarudos,
camellos asustadizos
(los jinetes impacientes atizan sus flancos)
cargando hierba y leche.
Conductores de carros junto a otros descuidados
que proclaman que la ciudad es solo suya, y de los burros,
cabras,
ovejas,
ganado,
todos camino del matadero.
Peatones imprudentes,
mendigos parapléjicos corretean a gatas
(un americano los llamó spidermen)
Bocinas de Fiats y roncos pedos sin silenciar de camiones de la era Mussolini.
Y al margen del bullicio,
a veces,
un alivio,
una liberación.
Aparecen
los pechos trémulos de una campesina despreocupada
o el vaivén de unas caderas.
Entonces,
Arfaye hace una pausa,
inclina la cabeza
como adorando una maravilla,
se ilumina con una sonrisa,
y lanza dardos de deseo.


Mohamud Siad Togane


Traducido por la escuela de letras libres.
http://escueladeletraslibres.blogspot.com

Musica Cursi - Mama Ladilla

lunes, 14 de junio de 2010




CAPITAL

No puede ser
que el germen que ha nutrido la tierra
lo haya atendido el hombre. Una vez vi una cascada
de germen, una abundante lluvia de grano
que escupían vertedores de boca ancha
y saciedad satisfecha; juro que los granos
cantaban.

No puede ser
que la política, las deliberaciones
tornen las brasas de mi vida
en cenizas, y en mares contaminados
descansen tristes lechos de levadura que esponjan
la pasta
del mercado mundial.


Wole Soyinka

Homeless

domingo, 13 de junio de 2010

Joe le taxi Vanessa Paradis




JOE, EL TAXI

creo que fue en 1988: sonaba una canción en las emisoras de radio que se me introdujo en la cabeza como un mantra pop, pegajoso, dulce, muy dulce; pero también, aunque parezca contradictorio, fresco y muy sexy: "Joe le Taxi". La cantaba Vanessa Paradís, que por aquel entonces era una lolita de 14 años. Yo en aquel tiempo trabajaba en la recolección de la aceituna. Recuerdo que cuando se me agarraba el dolor en los hombros, a causa del peso de la vara con la que intentaba llegar a varazo limpio hasta las huidizas aceitunas -situadas en las copas de los enormes olivos centenarios de aquel tajo-, cuando más doloridos sentía los pies a causa de los resecos terrones que empedraban el olivar y cuando más pastosa sentía la boca por el cansancio, se me disparaba aquella cancioncilla en el coco, como si dentro de él tuviera una jukebox con un sólo disco. Entonces, con cada varazo que le arreaba a las ramas, al ritmo de la aniñada voz de la Paradís, era como si le golpeara también al dolor, al cansancio, a la amargura... y me sentía más cerca de casa. En esos días yo estaba algo embrutecido y no era capaz de averiguar por qué me producía tal efecto aquella canción. Ahora lo tengo claro, pues tu voz sigue siendo fresca y suave, Noni, como la de Vanessa.

sábado, 12 de junio de 2010

Peter Gabriel & Youssou N'Dour Biko

LA SONRISA DE MANDELA. APUNTES SOBRE LA FALLIDA REVOLUCIÓN SUDAFRICANA
Por Breyten Breytenbach

El pintor y poeta sudafricano Breyten Breytenbach, reconocida figura de la disidencia política de su país, escribió una carta pública a Nelson Mandela en su noventa aniversario. En vez de sumarse al unánime aplauso, repasa los contrastes del héroe público.


No peleé para terminar siendo pobre.

Smuts Ngonyama, vocero del Congreso Nacional Africano (AN)


El “estado de emergencia” en el que vivimos no es la excepción sino la regla.

Walter Benjamin



Querido Madiba:

Este es el año en que cumples noventa; el planeta entero celebra –en exceso, me parece a mí. ¿Por qué? Porque nos colgamos de ti, Nelson Mandela, como un icono vivo, como un héroe libertador que no renegó de su creencia en la libertad y en la justicia ante la opresión, como el padre de una nación arco iris, como un hombre de casi incomprensible entereza moral que salió de 27 años de cárcel y trabajos forzados aparentemente sin traza de amargura o deseos de venganza, y quien continúa entregándose sin reservas. Y añadiría: porque eres un humanista preocupado, curioso y sabio, con tanto humor y tan bella sonrisa...
Yo también quiero celebrar tus logros, tu ejemplo, la frágil dignidad de tu vejez. Y aún así, cuando un periódico sudafricano me invitó a estar entre quienes se dirigían a ti públicamente en esta ocasión, reculé. ¿Por qué? En parte porque me parece obsceno el modo en que todos –los ex presidentes y otros políticos vacuos y ególatras, las estrellas y las modelos cocainómanas, los músicos de moral dudosa e intelectualmente limitados, el vano jet set internacional– babean sobre ti como si fueras un oso de peluche exótico. Te has convertido en vademécum y en piedra de toque: aquellos que te tocan –siempre que sea en público y delante de una cámara– creen (o los han hecho creer) que han accedido a un estado de rectitud moral. Claro que pagan para ello –cantidades exorbitantes, me han dicho. (No por nada tu sobrenombre: “Moneydela”.) Después de todo, lo que está a la venta es tu aura, y tu séquito es avaro y demandante. Espero que todos tus años de aprendizaje signifiquen que ves a la gente por lo que es, sean amigos o enemigos, y que eres inmune a las zalamerías. Pero ¿de verdad has distinguido entre camaradería y obsequiosidad? Tu sentido de la fidelidad es legendario. Y no creo que tu humildad autocrítica sea falsa. Entonces ¿por qué tolerar a los charlatanes, a los arribistas y a los falsos que viven a costa tuya?
¿Por qué optaste por embaucar a los ricos –quienes están en extremo dispuestos a pagar y ser vistos compartiendo, por razones caritativas o como respuesta a instintos “bajos” de protección del negocio personal, y así ser identificados con y beneficiarse de una postura políticamente correcta? ¿No sería el soborno un modo más efectivo de extraer las riquezas y los privilegios que se distribuyen? ¿Se sentirán vulnerables porque sienten culpa por las maneras en que se han hecho de sus riquezas? ¿Y la alternativa posible –una redistribución socialista– habría sido demasiado desagradable? ¿Desagradable para quién? ¿O hiciste esto porque te diste cuenta de que no había otra manera de conseguir el apoyo urgente que necesitan los más pobres y desprotegidos? ¿O lo hiciste para avanzar las posiciones de tus allegados? ¿Será que es, además, una expresión más de la prevalencia de los valores materialistas del mundo y simplemente no quisiste matar a la gallina de los huevos de oro?
Discúlpame si no logro penetrar en el bosque tupido de iniciativas de cambio social y sólo puedo ver el inmenso árbol de gratificaciones inmediatas al que todos parecen arrimarse y en el que todos quieren inscribir sus iniciales. Algunas veces pienso que nuestro problema no es tanto que hayamos llegado, supuestamente, al “final de la historia”, sino que los historiadores no tienen ya la voz o el incentivo para descifrar y transcribir el entendimiento de los sucesos y los movimientos que dan forma a nuestro mundo.
Con el paso del tiempo vendrá una valoración de tu carrera política y el impacto que tuviste como presidente de este país –y sin duda que fuiste un político consumado. El que hayas sido el vector histórico de los acuerdos y el cambio controlado finalmente será visto como capacidad para gobernar. Desde ahora sabemos que nos salvaste de la guerra civil. Esto debe de ser recordado como tu legado más importante y no debemos olvidar lo afortunados que fuimos. Algunos dirán que sólo dejando de lado la revolución pudiste lograrlo.
Pero mi inquietud en este momento es de un orden distinto. Quiero expresarte mi profundo cariño. Eres en muchos sentidos muy parecido a mi difunto padre –necio hasta la obstinación, orgulloso, intachable, autoritario, recto, pero con grandes cantidades de amor y una lealtad intensa y probablemente con un gran sentido de la comedia absurda que es la vida. Un pícaro incluso, cuando las consideraciones tácticas así lo pedían. Creo que ya te había dicho todo esto.
Y ahora ya eres muy viejo y te debilitas. (“La palabra del viaje está sometida al viento”, Edmond Jabès). No es costumbre nuestra reprender a un hombre honorable que se encamina hacia esa noche que nos espera a todos. Menos aún en África, donde se asume que la extrema vejez trae consigo sabiduría y que los viejos deben ser venerados. Y sin embargo siempre te he respetado como un hombre de integridad y de valentía; siempre he sentido que puedo estar en desacuerdo contigo y hacértelo saber, aun cuando mi punto de vista fuera desinformado y mi postura inadvertidamente partidista. ¿Por qué sería distinto ahora? ¿Debo suponer que te has reblandecido? ¿Debería, para ser consecuente con la euforia mundial, evitar compartir contigo mi confusión y mis desilusiones?
De nuevo, mi respeto y mi cariño por ti sólo pueden expresarse diciéndote lo que veo y lo que entiendo de este país. Podrías ser mi padre; siempre fuiste un mentor y una referencia; eres también un camarada.



Me refiero al momento en que estamos, el 2008.
Recientemente tuve oportunidad de pasar un tiempo en Sudáfrica. No puedo ir tan seguido como antes, y me doy cuenta de cuánto me cuesta “leer” el entorno de manera automática. He perdido el contacto, quizá porque la superficie está casi siempre embarrada de sangre. También me doy cuenta de que, como tantos otros, estoy condicionado para esperar lo peor: la interminable procesión de payasos corruptos a todos niveles del poder, su incompetencia y su indiferencia, su arrogante papel como los triunfantes embriagados que conducen una cultura pretenciosa; la sensación de inminente catástrofe en el aire debida a la violencia y la crueldad con la que se cometen los crímenes –ser torturado y asesinado por un celular o por un puñado de monedas. Uno se vuelve paranoico. Me fui asustando más y más con cada día que permanecía en el país. Comencé a calcular la probabilidad de ser el siguiente en ser asaltado, violado o baleado.
El círculo se vuelve cada vez más estrecho. La abuela de un amigo cercano –tan vieja como tú– les suplica a sus asaltantes que no la ataquen sexualmente, dice incluso estar infectada con una enfermedad contagiosa; el sobrino de un amigo escritor recibió un disparo en la cara y murió en su propia casa a manos de un intruso nocturno al que confundió con una rata; el hijo de mi hermano mayor fue apuñalado en el estacionamiento de un restaurante, el cuchillo perforó un pulmón, la policía nunca llegó y lo salvó el que su acompañante le marcara a Australia a su novio, quien desde allá le llamó a una enfermera que estaba de visita en Johannesburgo. (Era la primera visita de esta mujer, quien decidió irse al día siguiente y no volver.)
Detrás de este teatro diario de sangre y sombras hay tendencias de las que quisiera hablar contigo porque, aunque no sea razonable adscribirte responsabilidad alguna por el caos en el ambiente, hay problemas más profundos relacionados con el poder y con el valor de la vida humana que debieron de haber sido evidentes desde el inicio. Pero, como siempre que alguien visita el país, lo que ataca la mente y estrangula el corazón son los eventos aparentemente aleatorios que se han convertido en el emblema de una sociedad en profunda inestabilidad.



Me topo con un informe sobre la violencia escolar en Johannesburgo, realizado por la Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica (SAHRC). Juegos como “pégame, pégame” y “viólame, viólame”, en los que los niños se persiguen y fingen pegarse y violarse, se practican en las escuelas sudafricanas, señala el informe. La comisión reporta que, según la organización Acción Comunitaria para un Ambiente Seguro (CASE), “este juego demuestra el grado y el alcance al que ha llegado la violencia contra los jóvenes, y lo endémico de la violencia sexual en Sudáfrica”. El reporte dice que la escuela es el lugar “más común” para que se cometan crímenes como violencia contra estudiantes, y el segundo lugar en incidencia de robo a alumnos. De acuerdo con un estudio realizado por el Centro para la Justicia y la Prevención del Delito (CJCP), los jóvenes tienen dos veces más probabilidades de ser víctimas de crímenes que los adultos. “Un poco más de dos quintas partes (41.4%) de los jóvenes encuestados habían sido víctima de algún tipo de crimen.” El CJCP descubrió que los baños es una área de la escuela a la que los niños le tienen verdadero miedo. Más de una quinta parte de las agresiones sexuales contra jóvenes sucedieron mientras estaban en la escuela, y de acuerdo con otro estudio, este realizado por el Programa Thohoyandou para Empoderamiento de las Víctimas (TVEP), de entre 1,227 estudiantes femeninas víctimas de violencia sexual, el 8.6 por ciento fueron atacadas por sus maestros. El Departamento de Educación del Cabo Occidental ha concluido que “con mucha frecuencia los procedimientos disciplinarios no se completan y los educadores prefieren renunciar al momento de ser acusados”. Otro estudio halló que “el 26 por ciento de los estudiantes opinaba que una relación sexual forzada no necesariamente constituía una violación”. El Hospital Infantil de la Cruz Roja en Ciudad del Cabo informó a la Comisión que las formas más comunes de violencia por las que tuvieron que atender a estudiantes fueron: ataques con los puños, con cuchillos o con pangas; violaciones, abuso sexual, mordidas y lesiones relacionadas con armas de fuego.
Estoy extendiéndome al hablar de esto, Madiba, porque una de tus fundaciones busca salvar a los niños –y tu amor por los niños es algo celebrado. De hecho, ¿no es tu benévola sonrisa, vista en espectaculares alrededor del mundo, la que nos dice que hay que ser compasivos con los niños? ¿Cómo podemos revertir esta cultura de abuso?
De nuevo, en Johannesburgo:


La madre de un niño de dos años, quien fue hallado en Kagiso el viernes con los genitales mutilados, ha sido localizada [...]
“La policía encontró a la madre del niño, Meisi Majola, de 26 años, quien reportó a su hijo como desaparecido a las 14 horas de ayer [jueves]”, dijo el detective Salomon Sibiya.
“Ella dijo que su hijo había desaparecido de su casa en Roodenport en West Rand.”
El niño, vestido con unos pants color marrón, una chamarra color gris y takkies [tenis], caminaba llorando en el asentamiento informal de Ebumnandini en Kagiso, cuando fue recogido por dos hombres.
Detuvieron su auto y se dieron cuenta que sus takkies y sus pants estaban cubiertos de sangre. Sibiya informó que el niño fue llevado a una estación de policía, donde se descubrió que había sido mutilado.


Como sabes, ser usado como muti habría sido el propósito: ingredientes humanos para una pócima en contra de las tribulaciones de la vida. “La policía no pudo determinar dónde vivía ya que estaba demasiado traumatizado para hablar. Ahora que su madre ha sido localizada, podremos realizar una investigación adecuada”, dijo Sibiya.
¿Sabes cuál es la peor pesadilla de los hombres jóvenes de clase media en Sudáfrica en estos momentos? Ser arrestados por rebasar el límite de velocidad o por manejar alcoholizados y ser encerrados en una celda con criminales de verdad –quienes por lo común están infectados de VIH– para ser liberados unos días después. Un joven sale a celebrar con sus amigos antes de su boda. En el camino de regreso es detenido por su modo de conducir. Las celdas de las cárceles son oscuras. Toda la noche será sodomizado. Sus gritos de angustia y dolor no provocarán reacción alguna en los policías. A la mañana siguiente uno de sus agresores se le acercará y le susurrará: “Después de anoche, ya eres uno de los nuestros.”
¿Hemos intentado de verdad darle otro significado a la palabra “hermandad”? ¿Cómo llegamos al punto en que se mutila a los muertos –el ojo derecho arrancado en la morgue para usarlo en conjuros que harán que la vista de los vivos sea más aguda–, y a los cadáveres se les desentierra para robar los féretros?
El caso más triste quizá sea el de los seis niños “de color” en el campo, de nueve a quince años, descalzos y flacos como mantis religiosas, muy juntos al aparecer ante el juez por haber lapidado a una de sus compañeras de juegos, una niña de once, durante una pelea aparentemente por una botella de vino barato. O, como decía otra versión de los hechos, por que creían que tenía sida. Cuando no se movía más, corrieron a buscar a un adulto. En el juzgado ponían un pie encima del otro, cuchicheaban y miraban alrededor con los ojos muy abiertos. (“Dame tu mirada. De ese modo, lo que está desunido, estará unido.” Edmond Jabès.)



Durante mi reciente estancia fui invitado a participar en el festival literario anual “Time of the Writer”, organizado por el Centro para las Artes Creativas de la Universidad de KwaZulu-Natal en Durban. Me dio gusto estar de nuevo en el Teatro Elizabeth Sneddon, el cual recordaba de aquellos primeros eventos hace años, y fue un placer felicitar a Peter Rorvik, director del Centro, y a sus colegas por sus poderosos logros. En aquel brillante y tumultuoso periodo temprano de liberación, dos amigos del pasado lejano de luchas y exilio personificaban Durban –Mazisi Kunene, el profético poeta de épicas zulúes ahora ya entre los espíritus, mostrando los dientes sardónicamente, y Lewis Nkosi, el agudo y temerario novelista, presente esa noche cuando tenía que dar el discurso inaugural. Ambos habían intentado capturar la compleja realidad sudafricana en palabras; ambos habían intentado hallar las duras palabras que pudieran contener nuevos sueños de justicia. Juntos habíamos vaciado varias botellas en esfuerzos valientes pero fútiles para mitigar la angustia.
Creo que un lugar en que se realizan lecturas y discusiones con regularidad adquirirá eventualmente la pátina, el espíritu sagrado de la creatividad. A lo largo de los años la gente ha venido a explorar la escritura y a discutir los presupuestos en el fondo del oficio. Lo que los une es una pasión compartida por la exploración de las maneras en que estos conceptos afectan el entorno social en el que vivimos. Y lo que resulta es este espacio de muchas voces donde uno, si cierra los ojos, puede escuchar el susurro de los argumentos y el moldeado de la imaginación que afina el compromiso.
Nietzsche escribió: “Sólo a través del olvido puede el hombre alcanzar la ilusión de poseer una ‘verdad’ [...] ¿Qué es, entonces, la verdad? Un ejército de metáforas, metonimias y antropomorfismos –en pocas palabras, la suma de relaciones humanas que han sido perfeccionadas, transpuestas y embellecidas poética y retóricamente, y que después de mucho uso parecen firmes, canónicas y obligatorias para la gente: las verdades son ilusiones acerca de las que uno ha olvidado que eso es lo que son.” Claro, las verdades “ilusorias” que propuse esa noche no eran originales; estaban informadas por la sabiduría de los ancestros y las experiencias de los contemporáneos como tú, quizá algo modificadas para acomodar mi enfado y mi dolor. Mi propia contribución, dije, al ver lo que sucede alrededor de nosotros puede ser pesimista, brutal, arbitraria y generalizadora. Es importante desde el inicio, entonces, dejar claro que también hay razones para celebrar. Con demasiada frecuencia olvido que la lucha por la dignidad es un proceso complejo e interminable. Aun ahora todavía hay manos diligentes escribiendo y voces bellas hablando en favor de la compasión y la honestidad y la claridad: estas también tienen que ser amplificadas y apoyadas.



Madiba, serás recordado por ser curioso por naturaleza y compasivo con las vidas de las personas que entraron en contacto contigo y por la manera en que haces sentir cómodos a todos. Sé que habrías escuchado mi historia, no importa qué tan personal sea. Porque ¿no es cierto que los pronunciamientos más generalizadores y totalizadores tienen su origen en sucesos privados?
Nosotros, mi mujer y yo, habíamos estado en el país por un poco más de un mes y había sido una experiencia desconcertante. Habíamos pasado las semanas anteriores limpiando la casa en el Pequeño Karoo, donde vivimos por distintos periodos de tiempo en el pasado. Fue estrujante, ya que irnos de ahí era la confirmación de una experiencia fallida y un sueño incumplido –el “sueño” era probablemente mi inocente expectativa de que una nueva administración que se desprendiera del movimiento de liberación podría lograr por lo menos algunos de los objetivos por los que peleamos: justicia económica, una vida pública más ética... Y para mí también era al fin de la posibilidad de pertenecer –escribir y pintar en un estudio con vista a un riachuelo donde el viento mecía y agitaba los juncos, donde volaban pájaros amarillos y rojos, donde grandes tortugas de montaña frotaban sus caparazones contra las piedras blancas alrededor de la casa y al atardecer, por la ladera de la montaña, se acercaban babuinos, venados y conejos. ¡Ah, lo que daría por la naturalidad de llegar a tu edad bajo ese sol, tan blanco como un hueso, como una rama descolorida en el verano, deslumbrante como la nieve en las cumbres en el invierno! En el cementerio había bultos de tierra cubriendo los huesos de gente con nombres conocidos.
Limpiar esa casa fue perturbador porque tuve que revisar archivos y manuscritos y tirar tantos –y me topé, en notas y cartas y recortes de ensayos, con las referencias recurrentes a la bárbara criminalidad, la plaga de violaciones, robos y fraudes, el indecente enriquecimiento de unos cuantos, manipulación, reubicaciones como medidas para asegurar la impunidad, el puesto público como un ejercicio de saqueo, el colapso de los servicios esenciales, un profundo y continuo racismo y una falta de moral pública o de sentido común siquiera.
¿Por qué no vi este panorama con mayor claridad? ¿Me había inmunizado ante las realidades sociales y económicas del país? ¿Es que no podía distinguir esos patrones? ¿O habrá sido que mi entendimiento se nubló por el sueño, ese deseo de libertad?
Debo decirte estas cosas terribles, viejo y reverenciado líder: si un joven sudafricano me preguntara si debe quedarse o irse del país, mi amarga respuesta sería que se fuera.
Por lo menos durante el futuro cercano, si quieres vivir tu vida al máximo y con alguna satisfacción y utilidad –y si puedes soportar la pérdida, amputarte del país–, entonces vete...



¿No debemos intentar ver el mundo en general y África en particular con la mayor claridad posible? Sabemos que “ver” también es un acto de imaginación y que –particularmente en el vacío actual, con su ausencia de horizontes de expectativas– necesitamos explorar y promover un espacio moral colectivo atravesado por la desfachatez de la creatividad y la duda que viene con la incertidumbre, para poder servirles a las generaciones más jóvenes. A través de la imaginación es que nos convertimos en parte de nuestro entorno.
Este es nuestro mundo. No sabemos más que la gente que vino antes de nosotros. Tú vienes de una línea ininterrumpida de ancestros unidos por los cantos de alabanza, ¿estás de acuerdo? ¿Cuáles serán las canciones que escuchas? ¿El canto de los guerreros al atacar la última colina? Cada generación vive en la plenitud de su propia comprensión, en la completud de sus propias sonrisas. Y nuestras mentes, como siempre, están delineadas por la oscuridad, excepto que ahora vivimos en un lugar infinitamente más peligroso. Pero al mismo tiempo nos has enseñado que no podemos entregarnos –por razones de corrección política o culpa tribal, o cinismo, o avaricia cualquiera– a la complacencia de saber y entender menos que aquellos que vinieron antes que nosotros.
¿Cuál es nuestro horizonte? Globalmente, uno en el que, detrás de los campos en llamas como cortinas de humo para la inseguridad mundial, está la pobreza –endémica, brutal, honda– y la avaricia de los predadores insaciables: los productores de armas y los ordeñadores de petróleo y los traficantes de personas. En el que, en el centro de nuestra nueva edad de bárbaros, por muchos gadgets de modernidad que nos rodeen, están los fundamentalistas exterminando a miles de inocentes como “daño colateral” por la desesperación que les provoca la causa de un dios celoso y cruel. En el que, en los corredores demagógicos de estados que se precian de ser democráticos y liberados, los cínicos continúan gobernando sin que haya límites para su lujuria de poder y ganancias. En el que, en las instituciones blanqueadas de nuestras sociedades supuestamente iluminadas, seguimos viendo la misma discriminación institucionalizada contra la mujer. Y sí, Madiba, en el que, en el corazón de este bosque de crueldad, todavía no sentimos compasión por los niños.
Lo que experimentamos en África puede no ser peor que en otras partes del mundo. Quizá nuestros problemas sean un poco más agudos e intratables. El nuevo presidente estadounidense quizá cierre la colonia penal en Guantánamo y reconozca y repare los crímenes de guerra cometidos en Iraq y Afganistán, aunque sea sólo para asegurar el acceso de Estados Unidos al petróleo; los líderes en China quizás algún día tendrán que empezar a preocuparse por las vidas de sus campesinos y sus trabajadores y tengan que dejar de contaminar y abaratar al mundo; incluso Israel quizá desista de exterminar a Palestina como una entidad y le devuelva lo que le ha quitado.
Quizá nuestros problemas tienen orígenes más profundos y obstinados. ¿Quién en África pondrá fin a la impunidad de los criminales que nos gobiernan? ¿Quién resolverá el genocidio en Darfur y las violaciones masivas de mujeres en el Congo? ¿Quién en África va a enfrentar las consecuencias de los más de 120,000 niños soldados? ¿Cómo lograremos encarar el hecho de que nuestros estados-nación son una ficción para beneficio de nuestros dictadores y sus clanes? ¿Quién recuperará el dinero que los políticos han robado? ¿Quién se hará responsable por solapar el gobierno y extender el amparo de la legitimidad internacional para un maniático como Robert Mugabe? ¿Y cómo detendremos este aparentemente irrevocable “avance” de Sudáfrica hacia volverse un Estado de un único partido totalitario?
¿Debería Omar Hassan al-Bashir ser indiciado por intento de genocidio en Darfur por el Tribunal Internacional de Justicia? ¡Claro! ¿Deberían Robert Mugabe y sus acólitos asesinos y sanguinarios ser indiciados por crímenes contra su propia población? ¡Claro! ¿Deberían Bush y Cheney y Rumsfeld y Rice y Wolfowitz también ser llevados ante un tribunal mundial y acusados de crímenes de guerra? ¡Sin duda! Bush debe tener un juicio tan justo como el que tuvo Saddam Hussein. (La única diferencia entre los dos es que el corrompido estadounidense tiene el coraje y el honor de un buscapleitos de bar.)
Más importante, viejo maestro: ¿tú, nosotros, alguna vez quisimos realmente instaurar una administración democrática en Sudáfrica, con todos sus límites y sus responsabilidades? ¿O era más bien un momento para ajustar añejas cuentas coloniales? Porque ¿cuánto tiempo podremos aguantar en el filo esquizofrénico de la navaja entre el discurso de igualdad y justicia y la práctica de la rapiña y el poder arbitrario? ¿Cuánto tiempo más podremos mantener este doble discurso con la gente y con el mundo en general? ¿Cómo puede ser que la vida humana individual no tenga valor? ¿Es algo tradicional esto? ¿Sabías que la “liberación nacional” está destruyendo, a fuerza de abusos y bajezas (como sucedió en Argelia, Angola, Guinea-Bissau), nuestro sueño de una modernidad africana alimentada por raíces y realidades africanas? ¿Por qué llamamos “revolución democrática nacional” al proceso a través del cual el Estado y sus instituciones –y por extensión, su cultura y su economía– se vuelven el forraje del partido y sus cuadros? ¿Fue concebible alguna vez que un gobierno de liberación nacional entregara el poder si recibía menos votos? ¿Durante cuánto tiempo más jugaremos el papel de “víctimas de la historia”? ¿Durante cuánto tiempo más nos humillaremos viviendo de lo que nos dan los demás países del mundo? ¿Cómo lidiar con la humillación y la vergüenza? ¿Durante cuánto tiempo más permitiremos que nuestras políticas y nuestras decisiones estén dictadas por el dolor paralizante de los siglos?
Sabes todo esto, aunque hables de un millón de puntos de luz para aniquilar la oscuridad de la que hablo. ¿Cómo puedo siquiera sugerir que no estás al tanto de lo que somos y cómo somos? ¿No señalarías el ejemplo de una vida, vivida con plena conciencia y responsabilidad y honor, como una solución irrefutable? Sí, pero ¿cómo puede la gente revertir la profunda apatía cultural?



“Este es nuestro mundo. La ficción/imaginación es un develamiento de lo que no sabíamos que sabíamos.” Citaba esto, aquella noche en Durban, de un cómplice literario en otra vida y otro mundo, porque quería cavar el surco entre la fuente (algunos dirían el drenaje) de nuestra imaginación y la tierra de la realidad en que intentamos trabajar. Al hacerlo, dije, escribimos en y desde un subterráneo preexistente de imágenes, memorias, pensamientos, etcétera –“descubriendo” lo que aquel cómplice llamaba la “compartida Atlantis de la imaginación”.
Nunca sabré lo que sucede en tu mente, o lo que esa sonrisa como un escudo que intentamos traspasar nos debería decir. No tengo ni idea de cómo las experiencias que viviste cambiaron tus paisajes interiores. Quizá sólo te has concebido como el instrumento de un momento histórico particular. ¿Qué escuchas cuando todo está en silencio –los pies danzantes de los guerreros de tu tribu en las colinas verdes de Qunu, tan desfiguradas por la erosión? ¿Los vítores del mundo?
Quizá no sabemos más de lo que sabían aquellos que nos precedieron, pero es cierto que tenemos que trascender nuestras limitaciones, que debemos aferrarnos a la noción de utopía (llamémosla “un gobierno limpio y responsable” o “sentido común”) como justificación y motivación para mantenernos en movimiento y haciendo ruido. Porque la mente debe poder danzar, aun con la muerte, si queremos que no se abandone a la desesperación o al narcisismo. Para sobrevivir debemos asumir la responsabilidad de imaginar el mundo de modo distinto.
Esa noche en el teatro argüí que la imaginación permite acercarnos al “significado”. Contar historias es un sistema de conocimiento; un enjambre de palabras en la página suma “autoridad”; el acto mismo de narrar arrastra consigo la presuposición de verdad. Y estoy perfectamente consciente del hecho de que me coloco frente a ti como un escritor intentando imaginarte, o por lo menos intentando descifrar el significado de tu sonrisa. ¿No es la imaginación la expresión inicial de identificación y por ello de generosidad? La escritura como producción de conciencia textual es la metáfora que media entre la ficción y los hechos. Es en el movimiento del corazón y la mente, y en la conciencia de reubicación física y/o cultural, que nace la creatividad –como una secuencia de percepciones que provocan combinaciones nuevas del pasado y el presente, que proyectan figuras futuras y con eso permite dar forma al porvenir. Estamos programados para percibir intenciones en el mundo, y así estamos predispuestos para aprender por intervención. Somos al hacer. Nos desarrollamos a través de actos de transformación. Y estos viajes traen consigo implicaciones de responsabilidad. Al imitar formas de creatividad, aprendemos los significados; al actuar de modo ético, aprendemos acerca de las limitaciones y las prescripciones de la voluntad de ser: juntas constituyen la vía de la libertad.
El camino para llegar a la libertad es largo. (Y para citar a Edmond Jabès de nuevo: “La distancia es luz mientras tú consideres que no hay fronteras. Así, nosotros somos la distancia.”) He tratado de vaciarme ante el espejo. Sé que cada día me parezco más a mi padre. Cuando te veo a ti, me acuerdo de la insalvable distancia entre mi padre y yo, pero también me doy cuenta de cómo es que puedo vivir a mi padre ahora, desde mi interior. Y en ese sentido me acerco a ti. La edad puede traer consigo una sensación de cierre, una desnuda completud pero también una ciega furia contra la oscuridad. Seguramente no leerás esta “carta”; otros me echarán en cara el haber osado traerte a mi escritura.
Pero quisiera pensar (¡imaginar!) que estás de acuerdo conmigo cuando digo que debemos seguir adelante, que debemos abandonar el entorno reconfortante y autocomplaciente de lo “posible” para extendernos hacia el terreno de lo imposible y lo impensable (por ejemplo, el respeto a lo sagrado de la vida humana en un país como Sudáfrica, sin importar los agravios del pasado e incluso sin importar la brutalidad de la injusticia y de la pobreza). Y esta ética, esta neutralidad exigen que uno permita un cierto vacío para que sea ocupado por una imaginación mural –esto es, espacios para la promoción de la duda y de lo inesperado, especialmente para aquello que nosotros como escritores no esperábamos encontrar, pero siempre siendo compasivos con las debilidades y la dignidad de los demás.
En una entrevista que el novelista e intelectual Njabulo Ndebele dio a City Press, dijo: “La Sudáfrica del futuro coexistirá cómodamente con la incertidumbre porque la incertidumbre promete oportunidades, pero uno tiene que ser fuerte para ello, uno tiene que ser inteligente, uno tiene que contemplarlo para poder comprender su riqueza y creo que ese es el reto de ser sudafricano: alejarse de las caracterizaciones unidimensionales y definitivas de nosotros mismos... La capacidad del país para imaginar el futuro depende de que alimentemos la imaginación desde el inicio de la vida hasta el final. Hemos dejado de hacer eso. Necesitamos desarrollar la capacidad de sentirnos a gusto con la incertidumbre desde la imaginación y la inteligencia. Entre más admitamos nuestras vulnerabilidades, más confiable y confiado será el espacio público.”
Unos años atrás algunos escritores visitamos a Mahmoud Darwish, el poeta palestino que muriera en agosto, en el gueto de Cisjordania, y nos habló del papel de la poesía. Terminó diciendo: “Es verdad que toda la poesía desprovista de otra vida en otro tiempo está amenazada con disolverse en el presente. Es verdad que la poesía trae consigo su propio futuro y siempre renace. Pero es verdad también que ningún poeta puede, en algún otro lugar, posponer el aquí y el ahora. En nuestro tiempo de tormentas es una cuestión de existencia, es la energía vital de la poesía. Dar vida a las palabras, regresarlas al agua vital, sólo es posible si se recobra el sentido de la vida. Y toda búsqueda de sentido es una búsqueda de la esencia que se confunde con nuestras interrogaciones acerca de lo íntimo y lo universal, esa interrogación que hace a la poesía posible e indispensable, ese cuestionamiento que provoca que la búsqueda de sentido sea también una búsqueda de libertad.”



Querido Madiba, me doy cuenta de lo injusto que es poner todo lo anterior a tus pies, como un ramillete de espinas. Mereces que una joven virgen mantenga tus piernas calientes, como el rey David en la Biblia –no que hayan sido golpeadas por alguien como yo. Desde aquella noche en el teatro en Durban, intenté asumir la perspectiva pesimista al decir que no venía ni a elogiar ni a enterrar al César, sino a preguntarle qué ha hecho con la confianza de la gente. Por “César” me refería al Congreso Nacional Africano o a la “liberación”, pero no a ti. ¿Pueden existir separados? ¿Es siquiera posible pensar que tú denuncies al Congreso Nacional Africano? ¿Puedes concebir que tu organización ha perdido el rumbo –o preferimos no ver su inherente estalinismo ni su avaricia por lo difícil de la lucha por liberarse? Es una pregunta dura; quizá sugiere que sólo nos queda hurgar entre las cenizas de nuestros viejos sueños.
Pero claro que creo que con líderes responsables y con la plena y reconocida participación de lo que llamábamos las “fuerzas vivas” de la población, este continente puede virar su curso, y Sudáfrica con él. Nuestros sueños pueden convertirse en realidad –y cuando digo esto tengo muy presentes los ejemplos de Steve Biko y Robert Sobukwe.
Sueño como quiero creer que también tú has soñado, y seguiré pugnando por un continente integrado, generoso, con justicia económica, creatividad y responsabilidades civiles y cívicas. Un continente que desarrolle su propia modernidad sustentable lejos de los modelos “universalistas” occidentales con su globalización que sirve sólo a los poderosos. Un continente que reconozca en la diversidad de culturas su principal riqueza. Un continente cuyos ciudadanos dejen de intimidarse y chantajearse entre ellos y al mundo con una subordinación políticamente correcta y el síndrome de “cúlpenos por la historia”. Un continente que entienda el sentido y la importancia del bien público. Un continente que deje de rogar y de robar y en el que la fusión totalitaria del Estado y el partido en el poder sea abolida, en que los dictadores dejen de matar a su gente y en que la ostentación se limite a las pasarelas de los desfiles de modas. Un continente en que los ancestros estén vivos, sin duda, para poder danzar con ellos –así como tú bailabas, aun en tu vejez, esperando atrapar la mirada de las mujeres. Un continente que jamás vuelva a aceptar que existan ciudadanos de segunda clase y que no sea el patio de juegos de las fobias occidentales ni de sus caridades autocelebratorias ni depósito de basura china. Un continente que respete y celebre la vida –la vida del planeta. Un continente que cultive y se alimente a sí mismo. Un continente que erradique el armamento y que no tenga razón para adquirir submarinos y en el que los criminales que trafiquen armas sean detenidos. Un continente que sea el guardián del pasado, de todos los pasados, y el custodio de nuestro futuro –y en el que sepamos que el futuro está con las mujeres. Un continente de profundo mestizaje y por ende de recíproco enriquecimiento. Un continente en que no se tolere el racismo –y que eso incluya el racismo y la humillación de la pobreza.
Quizás entonces yo también me adentre en una sabiduría más amplia –del tipo que alguna vez escuché o extraje de tus palabras. Recuerdo haber visto un eco distante reproducido en una gran fotografía de una escena en África, en el bar del Hôtel Nord-Pinus en Arles, al que fui para encontrarme con Mahmoud Darwish. Afuera, las calles tan blancas cegaban con sus capas de calor, casi como si estuvieran bajo el sol africano, pero adentro del bar el ambiente era fresco y oscuro. El pie de foto, que le daba la veracidad del movimiento nervioso, estaba escrito por el puño de Karen Blixen y salía de su libro Out of Africa. Hablaba de la fiereza y la gracia naturales en sus guías: “esa seguridad, ese arte al nadar lo tenían, pensé, porque habían preservado un conocimiento para nosotros perdido por nuestros primeros padres; entre los continentes, África te lo enseñará: que Dios y el diablo son uno mismo”.



Sé que no se necesita justificar mi lesa majestad. No importa qué tan en desacuerdo estés con mis análisis, los habrías escuchado. Es más, creo que nosotros los escritores, los hacedores de palabras enraizados en la vida civil, no necesitamos ser los bufones del poder –ni siquiera los “blancos” entre nosotros que sufren por ser excluidos del mundo “negro”. De hecho, creo que debemos pensar en la libertad de la mente como un intento constante y consciente para des-pensar el orden y la autoridad. Pensar en contra de la hegemonía de cualquier tipo, incluyendo la de la liberación y la primitivista y la icónica –particularmente en contra de la insidiosa y moralina de la corrección política expresada como idolatría a nuestros líderes. Pensar en contra de los dictados, los valores y la propiedad de las sociedades de consumo. Pensar en contra de la pereza del narcisismo.
Debemos recordar que somos bastardos y olvidar que somos ciudadanos obedientes. Es más, recordar que nuestra lealtad absoluta está con la desobediencia ante el poder y nuestra identificación es con los pobres.
Con genuino respeto, y porque creo que esa sonrisa algunas veces fue una sonrisa irónica,
Tu hijo impuro,Mshana ~

www.letraslibres.com

Traducción de Pablo Duarte
© Diciembre 2008, Harper’s Magazine
(permiso de reproducción para Letras Libres)

viernes, 11 de junio de 2010

jueves, 10 de junio de 2010




Neocruzada

Es carnaval
Un niño de apenas dos años
Entra de la mano de su madre
En la sala de espera de la estación
Vestido con ropa militar
“Armado” hasta los dientes

Una mujer le pregunta a la madre que de qué va disfrazado

De matamoros
Responde ella
Mientras el chiquillo dispara a discreción
Con su revólver de juguete

De matamoros
Repite
Y después añade mirando a la chica marroquí
Que espera el tren a escasos metros
Y a quien no le guste que se vaya

La joven ni se inmuta
Pero yo me largo de allí acribillado
Porque
Antes de haber traído al crío al mundo
Alguien debería de haberle contado a esa madre
Por ejemplo
Algo sobre el negocio del petróleo
Algo sobre la industria de las armas
Qué es de verdad un patriota
Y qué come la patria


















Nach - El regreso (con letra)




Bueno, por fin he terminado los exámenes del segundo cuatrimestre. Por fin, como dice Nach, he vuelto.

lunes, 7 de junio de 2010





estalla como un rayo

el sencillo tirachinas



se enfrenta

……….al fusil

……...al soldado

…….a la aviación

de la armada Israelí



un nuevo David palestino

…………………..se alza

junto a miles

………..que se sienten

como ellos

davides

………..esperanzados



ayer

entre las calles de Gaza

hoy

en los verde-azules

…………………..del océano

con las mochilas

llenas de medicinas

……………….…..de alimentos

y un corazón

……………..que late

al rimo de Paz… Paz… Paz

con sangre

activa y solidaria



desde la oscuridad

los helicópteros

dejan caer su criminal carga

con mensajes

de muerte y cárcel



genocidas

con las mochilas

repletas de

oscuridad

…………..y muerte



pueblo Goliat

con el corazón

de cadenas y metralla



antonio martínez i ferrer

Kronos Quartet - Requiem for a Dream (complete)

domingo, 6 de junio de 2010

Cocteau Twins - Cherry-Coloured Funk





Desde una terraza,
sobre una barandilla,
mientras cae, muy roja, la tarde
canta canciones en inglés,
algo dulce y melancólico
como Cherry-coloured funk
de Cocteau Twins,como de casas solitarias
con pinos y puestas de sol muy rojas,
con vestidos abiertos de flores y verano,
se zambullen
en el lago,
como música,
abrazados,
porque han encontrado
un lugar para el amor.

Antonio Orihuela

sábado, 5 de junio de 2010










La bestia me acusa del golpe. ¡No entiendo!


Desde sus pájaros
me escupe acero-fuego
gritando su derecho a la vida

Vomita mi condena.

Me juzga, ejecuta y olvida.

Retira el dedo del botón y sonríe.



La llaga grita en las pesadillas.




Desde el palmeral olvidado
reclutaré las manos de las dunas.

Su palabra de rabia renacida
sabrá como destruiros.



Antonio Martínez i Ferrer

viernes, 4 de junio de 2010






TUS MANOS Y LA MENTIRA


Graves como las piedras,
Tristes como canciones de presidio,
Pesadas y macizas como bestias de carga,
Tus manos se parecen
al rostro endurecido
de los niños hambrientos.

Ágiles, laboriosas como abejas,
Pródigas como ubres desbordantes de leche,
Intrépidas lo mismo que la naturaleza,
Bajo su dura piel, tus manos guardan
la amistad y el afecto.

No está nuestro planeta sostenido
por los cuernos de un buey:
Tus manos lo sostienen...

¡Qué hombres, nuestros hombres!
Los mantienen a fuerza de mentiras,
Siendo que andan hambrientos,
Faltos de carne y pan,
Y dejan este mundo, al que cargan de frutos,
Sin poder verlos en la mesa propia
ni siquiera una vez.

¡Qué hombres, nuestros hombres!
Sobre todo los de Asia, los de África,
del medio Oriente, del Cercano Oriente,
los de las tantas islas del Pacífico
y los de mi país,
es decir, mucho más del setenta por ciento
de los hombres del mundo:
Están adormecidos, están viejos,
Siendo listos y jóvenes como lo son sus manos...

¡Qué hombres, nuestros hombres!
Ustedes, mis hermanos de América o Europa,
Tan alertas y audaces,
A quienes, sin embargo, los aturden
lo mismo que a sus manos,
Y les mienten,
y los hacen marchar...

¡Qué hombres, nuestros hombres!
Si mienten las antenas de las radios,
Si mienten las enormes rotativas,
Si miente el libro y mienten los afiches,
Si mienten los anuncios de los diarios,
Si mienten las desnudas piernas de las muchachas
en el teatro y en el cine,
Si hasta mienten las canciones de cuna,
si miente el sueño, si el pecado miente,
si miente el violinista de la boite,
Si miente el plenilunio
en las noches sin ninguna esperanza,
Si mienten la palabra,
el color y la voz,
Si miente el que te explota,
El que explota tus manos,
Si todo el mundo y todas, todas las cosas mienten,
a excepción de tus manos,
Es para que tus manos siempre sean
dóciles como arcilla,
ciegas como la noche,
idiotas como el perro del pastor,
Y para que jamás se subleven tus manos

Y para que no acabe jamás tanta injusticia
-Ideal del traficante-
Sobre este mundo nuestro,
este mundo mortal
Donde poder vivir
sería lo mejor.

Nazim Hikmet

jueves, 3 de junio de 2010




QIBYA*

Balas

en la noche de luna llena

surcaron las colinas y los caminos.

Balas

chocaron contra los muros

y golpearon las puertas y las ventanas.

Iban dirigidas a los corazones y a las entrañas.

Balas

por detrás de las piedras,

a través de los desfiladeros,

por detrás de los sacos de arena.

Balas.

Se esparcen por las piedras arrayanes de sangre

y se pegan adornos de sangre en las paredes.

Balas

y gelignita

arrojan los cuerpos a las hienas.

Sembramos el trigo pero no lo recogimos,

regamos las vides pero no bebimos el vino.

En vano se bañó nuestra noche con la fragancia de los naranjos.

Nuestra sangre corre por la tierra roja

y sobre las piedras.

Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas.

Cerrad las puertas,

apartaos de las ventanas,

ocultaos de la luna,

protegeos de la noche.

Pero las puertas son de madera

y las ventanas no se construyen para evitar

el aire, la luna,

la gelignita

y los colmillos de las hienas.

El corazón es de hierro pero

para las balas, la gelignita y los colmillos

es más débil que la madera.

Los brazos de Fátima rodean el cuerpo de Hasan:

una alberca de sangre,

y del padre de Hasan no queda

más que el qunbaz hecho jirones.

Buscadlos bajo las piedras

y juntad los brazos a los cuerpos.

Sembramos el trigo pero no lo recogimos,

regamos las vides pero no bebimos el vino.

En vano se bañó nuestra noche en la fragancia de los naranjos.

Nuestra sangre fluye por la tierra roja

y sobre las piedras.

Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas.

Balas

golpean las piedras.

Gelignita.

La noche se desgarra

entre nuestros olivos y viñas.


Yabra Ibrahim Yabra

* QIBYA es un pueblo palestino de Cisjordania, cuyos habitantes fueron masacrados por tropas israelíes en la tarde del 14 de octubre de 1953.



LA NIÑA / EL GRITO

En la playa hay una niña, la niña tiene familia

Y la familia una casa.

La casa tiene dos ventanas y una puerta...

En el mar, un acorazado se divierte cazando a los que caminan

Por la playa: cuatro, cinco, siete

Caen sobre la arena. La niña se salva por poco,

Gracias a una mano de niebla,

Una mano no divina que la ayuda. Grita: ¡Padre!

¡Padre! Levántate, regresemos: el mar no es como nosotros.

El padre, amortajado sobre su sombra, a merced de lo invisible,

No responde.

Sangre en las palmeras, sangre en las nubes.

La lleva en volandas la voz más alta y más lejana de

La playa. Grita en la noche desierta.

No hay eco en el eco.

Convierte el grito eterno en noticia

Rápida que deja de ser noticia cuando

Los aviones regresan para bombardear una casa

Con dos ventanas y una puerta.

Ramala, agosto del 2006.


Mahmud Darwish


Estos dos poemas y los dos anteriores que publiqué en este blog han sido traducidos por María Luisa Prieto.

miércoles, 2 de junio de 2010




YO, TÚ, ÉL

En su vocabulario no había árboles

ni flores...

En su vocabulario no había pájaros.

Sólo sabía lo que le habían enseñado:

matar a los pájaros,

y mató a los pájaros,

odiar a la luna,

y odió a la luna,

tener un corazón de piedra,

y tuvo un corazón de piedra,

a gritar: “¡Viva lo que sea!”

“¡Abajo lo que sea!”

“¡Muera lo que sea!”.

En su vocabulario no había árboles,

en su vocabulario no había

tú ni yo

porque él debía matarnos

a ti y a mí.

Sólo sabía lo que

le habían enseñado:

matarnos a ti y a mí.

Muin Basisu

martes, 1 de junio de 2010



J. Kalvellido


ABRAZA A SU ASESINO

Abraza a su asesino para lograr su clemencia: ¿te enfadarías mucho conmigo si sobreviviera? Hermano... hermano: ¿qué he hecho para que me asesines? Dos pájaros vuelan sobre nosotros, apunta hacia arriba. Dispara tu infierno lejos de mí... ven a la choza de mi madre para que te prepare las habas. ¿Qué dices? ¿Qué dices? ¿No soportas mi abrazo ni mi olor? ¿Estás cansado del miedo que me habita? Entonces arroja ese revólver al río. ¿Qué dices?... ¿Un enemigo en la ribera del río ha dirigido su metralleta hacia el abrazo? Entonces dispara contra el enemigo. Escaparemos juntos de sus balas y escaparás de tu delito. ¿Qué dices? ¿Me matarás para que el enemigo vuelva a su casa/nuestra casa y tú retornes al juego de la caverna? ¿Qué has hecho con el café de mi madre y de tu madre? ¿Qué crimen he cometido para que me asesines, hermano? No desataré la cuerda del abrazo. No te dejaré.

Mahmud Darwish