Buscar este blog

lunes, 28 de marzo de 2011

Salgo afuera (Margaret Randall, Estados Unidos)





Salgo afuera


Salgo afuera, al aire de los pinos
una mañana de enero en Nuevo México.
Parada justo entre el confort del hogar
y el rostro rocoso de la montaña
mis ojos se lavan en la familiaridad del asombro.
Cada rama de pluma de apache
cada flor de cactus está iluminada.
Me acarician todos los colores del invierno.

Lentamente, me doy cuenta de mi respiración,
de afuera hacia adentro, de adentro hacia afuera,
tal inmensidad expandiendo y contrayendo los pulmones
en un ritmo fácil.
Pero de pronto el paisaje se torna
las calles llenas de humo de Bagdad.
Y una mujer, quizá de mi misma edad,
quizá idéntica a mí en temperamento y esperanza,
lucha para respirar mientras corre.

Pero no existe para ella lugar seguro.
No existe en esa ciudad de mezquitas
boca arriba, como blanco recientemente pintado,
junto a las aguas del Tigris.
En Bagdad, donde mira la mujer
el humo negro que tose en las puertas
las llamas que succionan las aristas de los edificios
que ya dejaron de ser edificios,
que ya dejaron de ser hogares.
Donde el llanto de un niño no se apaga.
En el resplandor de esta mañana en Nuevo México
otra vez respiro.
No puedo comprender cómo ni por qué
soy capaz de inhalar este aire
y exhalarlo de nuevo.
No lo puedo comprender.
¿Cómo es posible que mi gobierno
en este preciso instante continúa aplastando
a un pueblo a medio mundo de distancia?
Más de 15.000 ataques
es la contabilidad de una noche de noticias
Más de 22.000. Más de 55.0000.
Ahora ni siquiera publican los números
porque los números y el daño no concuerdan.

Y yo acá, entera,
respiro este aire frío y limpio.
Al menos, debería quemarme con esta contaminación
que viaja como el sonido
a su punto de origen.

¿La mujer a quien me asemejo?
Siento su mano sobre la mía.

¿Qué mirarán sus ojos ahora?
¿Algún día seremos hermanas?

sábado, 26 de marzo de 2011

con franco se vivia mejor?




Esto con Franco no pasaba

Mateo tiene mi edad, 50 tacos, y es pintor de brocha gorda; pero hace muchos años que está en el paro, y, aunque posee un piso de propiedad, gracias a que su mujer tiene un buen trabajo, se pasa el día sentado en los bancos de la estación con la pandilla de borrachos que la frecuentan.
Un día que conversábamos sacó a colación el reciente robo en un bar cercano al ferrocarril, “seguro que han sido rumanos, o moros”, dijo, y acto seguido soltó aquello de: “esto con Franco no pasaba”. Entonces me vi en la necesidad de hablarle de mis tristes recuerdos del tardofranquismo: de palizas en el colegio y en casa; de abusos sexuales en la parroquia; de estado policial en la calle; de mujeres ninguneadas y maltratadas en el barrio; de represión y de despotismo generalizado por doquier, etc., etc... “y que yo recuerde también había robos, lo único que en mi barrio no se producían porque éramos gente muy humilde, y allí ¿qué coño podían birlarnos?... en todo caso los chorizos procedían de barrios como el mío y se iban a robar a las zonas donde habitaban las personas pudientes”. Mateo pareció perplejo, como si no se pudiera creer lo que estaba oyendo, y me preguntó:
¿Pero de dónde eres tú? ¿Dónde te criaste?
Soy andaluz, de Linares, contesté.
Pues, tío, yo soy extremeño, hijo también de currantes, y de niño no vi nada de eso, de verdad…
Yo si que lo vi, y lo sufrí en mis propias carnes, menudos repasos me daban en la escuela… recuerdo que en quinto curso tenía una profesora que normalmente se quitaba los anillos para golpearnos, pero si detestaba al niño que iba a azotar, no se los quitaba…, explicó el Canijo, que estaba sentado en un banco próximo a nosotros. Pues, macho, eso sólo pasaría en vuestra tierra (el Canijo también es andaluz), porque de verdad que yo sólo guardo buenos recuerdos… Algo malo habríais hecho… Pero, claro, a veces sólo vemos lo que queremos…
Mateo jura que no es alcohólico, dice que sólo bebe cuando tiene problemas. Antes del amanecer lo he pillado rebuscando en los contenedores y en las papeleras, hasta que al fin ha obtenido premio: un cartón de vino al que le quedaban unas gotas.

miércoles, 23 de marzo de 2011




LA BANCA DEFRAUDÓ 236 MILLONES DE EUROS A LA SEGURIDAD SOCIAL


Mi madre murió

en el cielo de un quirófano.

Yo sé cuánto frío...

Sé como te lo quitan...

respirando,

respirando...



El limbo debe ser eso.



Mi madre murió allí.

Tenía las arterias demasiado pequeñas.

Mi hija nació allí:

resbaló por la plancha

helada

y la sentí como un abrazo

a mi madre muerta.



Mi madre tenía las arterias estrechas.

Ahora sé por qué tenía

el corazón tan frío

y la mirada glacial.



Mi madre estuvo esperando

dos años,

con el frío en los ojos

y el corazón aterido.

Con mi incomprensión

implacable.

Dos años esperando una

desembocadura amplia

para su corazón de piedras.



Pero no hubo un salario

para un cirujano

que le quitara la escarcha a mi madre,

que aligerase su turno en una lista

con muchos nombres

y muchos números,

con muchos hombres vivos.



Luego me contaron que yo estudié

con ese salario que no se dio.



Pero no me sirve la Filosofía

para dilatar

las arterias de mi madre.

No me sirvió ese salario

para comprender la estrechez

congénita

de sus arterias.

La causa de su frío.



Mis arterias también son débiles

madre,

y a veces tengo los ojos nevados

y el corazón de hueso.



Y ahora no sé qué hacer

con todo

lo que no te dije.

Podría habértelo confesado

mientras respirabas

tu propia muerte

y perdías el frío.

O en un poema como éste

que me abrigue la conciencia.



La cría duerme

madre,

se parece a nosotras.

Se llama Eva.



Eva Vaz, Frágil. Antología 2001-2009, Ediciones de Baile del Sol, 2010

sábado, 19 de marzo de 2011

Un poema de Carmen Callejo




Reloj de bolsillo

5.00 a.m. (hora peninsular)

Ahora mismo, mientras ustedes duermen,
en Beirut los muertos están viendo la aurora,
en Irak está cayendo el mundo,
Es de noche en América,
un empresario Newyorkino golpea, Mastercard en mano,
el aula 101 de un burdel cualquiera.
Un joven en Chicago enfila con su Visa las primeras nubes
de su dosis diaria.

En África se mueren muchxs niñxs hambrientxs,
en las granjas se mueren las crías aplastadas,
las madres de ansiedad.
La carne y la comida muere en supermercados,
se cumplen en estantes miles de fechas de caducidad.

Ahora mismo, mientras ustedes duermen,
En Oaxaca termina un gran día de lucha,
en Palestina alguien levanta una bandera,
En Shanghai una niña agacha la cabeza
y, en ayunas, lame el miembro erecto y viejo
de algún hombre extranjero en viaje de negocios.
En Camden Town discuten voces ebrias
rodeadas de bilis sobre revolución.
En Camboya se adiestra a los niños cadáver.

Ahora mismo, mientras ustedes duermen,
es de noche en millones de jaulas habitadas,
alguien está gritando,
alguien está muriendo de un disparo,
a alguien le está matando el SIDA,
alguien está gimiendo en una celda
manchando de placeres blanquecinos
sus sábanas mojadas
de lágrimas, saliva, sudor acre,
de bilis, flema, pus, orín y sangre.

Mientras, ustedes duermen.


Carmen Callejo



Muchas gracias por compartir este magnifico poema con nosotros, Carmen.

viernes, 18 de marzo de 2011

Jesús Lizano




Aunque tarde, yo también quiero felicitar a este mamífero genial por su ochenta cumpleaños.
Salud y acracia, Jesús.

miércoles, 16 de marzo de 2011




Un Cuarto Cerrado


Cuando el hombre de la gallina muerta en la entrepierna golpeó al Guardia Civil que le pedía de mala manera el carné de identidad, no esperaba, muy seguramente, ir a la cárcel. Cuando ingresó en presidio, desesperó al instante de salir de allí. Ahora que está fuera, ha comprendido que todos vivimos en una prisión, más grande o más pequeña. Y dice que más vale no esperar nada de la vida, ya que es un cuarto cerrado.

Pedro García Olivo, Desesperar, Iralka Editorial, 2003

lunes, 14 de marzo de 2011





I. EL TESTIGO (fragmento)

1.1. En un campo, una de las razones que pueden impulsar a un deportado a sobrevivir es convertirse en un testigo.

Por mi parte, había tomado la firme decisión de no quitarme la vida pasara lo que pasase. Quería ver todo, vivirlo todo, experimentar todo, guardar todo dentro de mí. ¿Para qué, puesto que nunca tendría la posibilidad de gritar al mundo lo que sabía? Sencillamente porque no quería desaparecer, no quería suprimir al testigo en que podía convertirme (Langbein 1, p. 186).

Desde luego no todos los detenidos, sino sólo una pequeña parte, invocan esta razón. Que bien puede ser, por lo demás, una simple razón de conveniencia ("quiero sobrevivir por esta u otra razón, por este o aquel fin, y encuentra centenares de pretextos. La verdad es que quiere vivir a toda costa": Lewental, p. 148). O que se trate sencillamente de venganza ("naturalmente podría suicidarme lanzándome contra la alambrada de espino; esto siempre cabe hacerlo. Pero quiero vivir. Tal vez suceda un milagro y nos liberen. Y entonces me vengaré, y contaré a todo el mundo lo que ha pasado aquí dentro": Sofsky, p. 477). Justificar la propia supervivencia no es fácil, y mucho menos en un campo. Además algunos de los supervivientes prefieren callar. "Algunos de mis amigos, amigos muy queridos, no hablan nunca de Auschwitz" (Levi 1a, p. 172). Pero, para otros, la única razón de vivir es impedir que muera el testigo. "Otras personas, en cambio, hablan de Auschwitz incesantemente, y yo soy uno de ellos" (Ibid).

Giorgio Agamben, Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo. HOMO SACER III, PRETEXTOS, 2000

sábado, 12 de marzo de 2011




DENOMINACIÓN DE ORIGEN

La misma palabra lo dice: cárcel.
Diminutivo de cárcel: reformatorio.
Sinónimos de cárcel: penal,
presidio, correccional, penitenciaría
(los dos últimos incluyen matiz de regeneración).
Prisión es palabra escogida o forense.
Se la conoce también por otros nombres:
talego (el más extendido),
maco, trullo, trena (germanismo).
Los gitanos la llaman estaribel,
o estar,
que viene a ser lo mismo pero abreviando.
Sin embargo,
cuando estás dentro de una,
cuando te encuentras allí metido,
el nombre es lo de menos,
no tiene mayor importancia,
lo único que cuenta es que siempre, en todo momento,
es
una cárcel.


EL NOMBRE DE LOS MEDICAMENTOS

Lo peor viene luego, después:
cuando estés durmiendo
y empieces a soñar
con aquellos días.
Será un sueño tan real
que te despertarás
cagado de miedo.
Sudando. Chillando.
Con los ojos meados.
Entonces consultarás
el reloj de arena
de encima de la mesita,
a ver qué hora es ya;
o el ventanuco de tu cuarto,
a ver si entra alguna luz
por las cuatro rendijas
de la persiana
y ya es de día.
Si aún es de noche,
ya sabes:
tendrás que volver.
A la cárcel.


David González, El demonio te coma las orejas

viernes, 11 de marzo de 2011



La privación de libertad, forma de represión del delito coincidente con las ansias de libertad ilustradas -concepto éste que está en el origen del reconocimiento de los derechos humanos y ciudadanos- recae en manos del Estado -o 'policía', como diría Ernest Renan al equiparar ambos- con el fin de ejecutarla cual castigo máximo. Es decir, se trata de un castigo que conculca el derecho supuestamente fundamental de la libertad, sólo que aplicable a quien no cumple la ley, esto es, a quien se exilia de la ciudadanía, ahora legalmente constituida; a esa diáspora de renunciantes a su condición de ciudadanos y hasta, si cabe, a su condición de humanos. Ésta es la mayoría que reclama fundamentalmente una libertad material que no encuentra satisfecha por la libertad formal impuesta por una minoría que se perpetúa, de modos distintos, en el poder y que equipara liberalismo político con liberalismo económico. Las máscaras que ocultan esta equivalencia, sean las del republicanismo, el liberalismo progresista o ya sea la de la democracia radical, no consiguen disimular el hecho de que lo económico tutela lo político, de que la libertad política queda supeditada a la libertad económica o libertad de mercado. Esto es, manejan una noción adulterada de libertad.

José María Cabo, La sociedad encarcelada. Sobre penas y penalidades: aspectos de filosofía moral y política, Iralka, 2000

miércoles, 9 de marzo de 2011

Homer simpson sings tubthumping

Tubthumping (i get knocked down) by Chumbawamba




Tubthumping

CAIGO NOQUEADO, PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO
CAIGO NOQUEADO, PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO

CAIGO NOQUEADO, PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO
CAIGO NOQUEADO, PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO

PASANDO LA NOCHE BORRACHO
PASANDO LA NOCHE BORRACHO

EL BEBE UN WHISKY, ÉL BEBE UN VODKA
EL BEBE UNA CERVEZA, ÉL BEBE UNA SIDRA
EL CANTA LAS CANCIONES QUE LE RECUERDAN LOS BUENOS TIEMPOS
EL CANTA LAS CANCIONES QUE LE RECUERDAN LOS TIEMPOS MEJORES

NO LLORES POR MÍ
VECINO DE AL LADO

CAIGO NOQUEADO, PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO
CAIGO NOQUEADO, PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO

CAIGO NOQUEADO, PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO
CAIGO NOQUEADO, PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO

CAIGO NOQUEADO (ESTAREMOS CANTANDO), PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO (CUANDO ESTEMOS GANANDO)
CAIGO NOQUEADO (ESTAREMOS CANTANDO), PERO ME VUELVO A LEVANTAR
NUNCA PODRÁS DEJARME EN EL SUELO (OOH, OOH, OOH)

martes, 8 de marzo de 2011




“EL 8 de Marzo. Dia internacional de la Mujer Trabajadora. La verdad obrera y la falsificacion burguesa”.

LA VERDADERA HISTORIA DEL 8 DE MARZO

“Sería un enemigo del proletariado quien le halagase, el que construyese para adularle falsas leyendas pseudo-revolucionarias, tan criminal como el cartógrafo que trazase mapas embusteros para los navegantes del mañana”.3

La situación de la mujer fue objeto de diversas consideraciones por parte de los filósofos de la Ilustración y de los ideólogos de la nueva clase ascendente, la burguesía. Como continuación de esas preocupaciones los socialistas utópicos dirigieron su atención hacia la llamada cuestión femenina. También algunas mujeres de carácter lucharon por sus derechos contando con la simpatía de la mayoría de la opinión progresista y democrática de la época...


Este artículo continua, os aconsejo que lo leáis.

http://www.nodo50.org/internacionalistas/cronicas%20obreras.html

miércoles, 2 de marzo de 2011

La Polla Récords - Balada Inculta




BALADA INCULTA

No, se ve que no hay nivel
nada nos van a dar la cultura ni el que la parió
Joder!! Hombres del saber iros a cagar
No podéis justificar vuestra inmoralidad
es una enfermedad que no podéis curar
Y no nos vais a convencer
nos conocemos bien lo podéis intentar pero lo haceis muy mal
¡Eh! Tu Superioridad
prodigio de humildad me tiene emocionao
Eres un asco, qué le vas a hacer
toda tu cultura ni araña mi piel
está podrida, es un puto
insulto al buen gusto
Todo es de color y muy marrón
en el planeta basura los limpios
hacen seguros sus negocios gracias al amor y la oración
¿Hay nivel o no hay nivel?
na ra na na na na
na ra na na na na
tu cultura p'a los pánfilos


Fuente: musica.com
Letra añadida por Seba---124

La Polla Records


GENTES DE MADRID, ¡PERDÓN!

¡Ay qué día tan triste en Madrid!
Que quede dicho
La tierra no tembló aquel día
Ningún asteroide vagabundo
Se estrelló contra la Bolsa
Nada de nueva marea negra
Y la precedente se fue pronto
A ser tratada en las urnas
La televisión ladró, maulló, cacareó
Chirrió, croó, tintineó, hizo bla blá
Los futbolistas se habían metido entre el verde
Los toros pacían
Los escritores se pegaban a las sábanas
El bigotudo pulía su sermón de adiós
El asesino en serie
Se había dado un tiempo de reflexión
Y Dios padre o madre
Estaba como de costumbre
Entre los acreditados ausentes

Que quede dicho
El tiempo se paralizó bruscamente
Luego hubo este campanilleo anodino
Perdido entre la cacofonía de los campanilleos
Malditos sean los celulares
Sobre la tierra como en el cielo!
Algunos segundos
Y el dique de la razón cedió
La cadena de la especie humana se rompió
¡Ay qué día tan triste en Madrid!

Los herederos obligados que somos
De todas las Andalucías
De todas las luces
De todos los genocidios
De todas las tinieblas
Embrutecidos
Ridículos
Como ratas
Cogidas en la trampa de la impotencia
Por milésima vez
Buscando comprender
Entonces lo que se creyó haber comprendido
La última vez

Los sabios acaban de revelar
Que el universo ya no estará en expansión
A la inversa
Los cándidos, que somos nosotros,
Fingen descubrir
Que el sadismo del hombre es ilimitado
Reventando los ojos
El abismo insondable del mal
Entonces clavémonos allí
Aunque no sea más que para probar
Una ínfima parcela del calvario
De los recién llegados
Al baile enmascarado del horror
Allí donde la carne y el alma están encubiertas
Entre el crematorio de un círculo del infierno
Que ningún texto inimitable
Nos ha señalado

Señores asesinos
Se pueden regocijar
Especuladores eméritos, han adquirido a vil precio el campo inconmensurable de las miserias, de las injusticias, de la humillación, del desespero, y lo han hecho fructificar ampliamente.
La tecnología de los satanes aborrecidos ya no tiene secretos para ustedes.
Para ustedes no cuentan ni la religión, ni el color, ni el sexo. Todas las marionetas son válidas. Basta con no estar acostado en una tumba para ser el primer atendido.
Ustedes son consumados maestros en el arte de tirar los hilos del odio para señalar, designar, acosar, arrinconar y ajustar su cuenta al primer individuo consciente o inconsciente del riesgo de simplemente existir.
Que él coma, que esté de pie o acostado, que haga su plegaria, que agite ideas en su cabeza o se dirija a su trabajo con la cabeza vacía, que acaricie la mejilla de su niño o coja una flor, que escuche una música que le recuerda la tierra de sus orígenes o el reencuentro que cambió el curso de su vida, que escriba un poema o llene su hoja de impuestos, que hable al teléfono con el plomero o a su madre postrada en un hospital, que lea un libro de Gabriel García Márquez o un prospecto de pizzería, que se sacuda bajo la ducha o se aburra en los retretes, el pantalón remangado entre las rodillas, que abra su corazón a su vecino en el bus o bese los ojos delante de la mirada insistente de su vecino de enfrente, que empuñe su valija antes de montar en un tren o corra entre los pasillos kafkianos de un hotel de lujo o de mierda, que acabe de saber que su hepatitis C no le deja sino algunos meses de vida o palpe su cartera para asegurarse que su portafolios sí está allí, que se dirija a una entrevista de empleo o pinte una banderola para la manifestación del día siguiente, que se rasque las pelotas o pegue con el puño sobre la mesa, que ame la compañía de los perros o la de los gatos, que sea hombre, mujer, o incluso en esta edad bendita en que el ángel no tiene verdaderamente sexo y sobretodo nada de alas Todas las marionetas son válidas. Basta con no estar acostado entre una tumba para ser el primer atendido.
Oh dulce infante
¿Es por eso por lo que tú gritabas
Hasta desgarrarte los pulmones
En el momento de nacer?

Señores asesinos
Se dice que ustedes hacen funcionar bien sus meninges. Entonces, puedo formularles una pregunta simple:
¿Qué es, para ustedes, un ser humano?
¿Por qué este silencio? ! Respóndanme!
Ah yo adivino su rictus despreciativo e imagino la burbuja que ustedes dejan escapar por inadvertencia de sus labios lívidos. Veo allí un pequeño insecto sobre el cual se abate un puño velludo, y a guisa de comentario esta exclamación: ¡Esto le enseñará!
Es cierto, y sigo sondeando sus pensamientos, este insecto dañino ha sido criado por el ser que los pone a sudar frío y que los desvela hasta envilecer aplicando a la letra el principio de precaución: he nombrado a la mujer, perdónenme la expresión. Yo adivino su miedo y su repugnancia, el horror que les inspira el advenimiento de la vida cuando, después de los jadeos y los gritos de la parturienta, la cabeza viscosa del infante se libera del conducto inmundo que han sido bien obligados a trabajar y, colmo de la mala suerte, a sembrar. Ustedes nunca perdonarán haber pasado por allí. Es por ello que la muerte es su única pasión. Por ella ustedes enrojecen, palidecen. Su corazón palpita. Desfallecen. Y cuando la han celebrado, se ven golpeando a la puerta de yo no sé cuál Edén donde delicias perversas, reconózcanlo, les han sido prometidas.

¡Ay qué día tan triste en Madrid!
Que se diga
Es en Rabat, Argel, El Cairo, Bagdad
Donde más se debiera lamentar
El no saber sino pensar
El no saber sino decir
El no saber sino hacer
Los herederos obligados que somos
De una edad de oro entregada a las lloronas
De tantos sueños abortados
De tantas vejaciones
De tantas tiranías
Embrutecidos
Ridículos
Corroídos interiormente
Por la bestia inmunda
Que nos hemos habituado
A reenviar de una patada
A la cara del Otro
¿Responsables? ¿Culpables?
Víctimas todos también
De los verdugos que excretamos
Como el hígado secreta la bilis
Cíclicamente aplastados, abatidos

Por los potentados que execramos y adoramos
Luchando a veces
Con la fuerza de la esperanza y de la desesperación
Para que nuestros descendientes
Puedan creer quizás un día
Que antes de la muerte
Hay esto que un viejo rumor llama
Vida:
Un manantial materno
Donde es radioso bañarse
De día
De noche
En todas las estaciones bellas
Y prometedoras
Único milagro
Sin truco

Gentes de Madrid
Que vuestros muertos reposen en paz
El grano secreto de la vida
Depositado en ellos
Ninguno lo ha demeritado
Como un todo cada uno, ellos han abrigado el aliento que anima el Universo y la Creación. Cada átomo de sus cuerpos ha vibrado y girado alrededor del sol interior que ha iluminado su camino. Su viaje fue el nuestro, y nuestro viaje será de ahora en adelante el suyo. Continuaremos soñando en sus sueños, desollándonos el alma en sus desolladuras, interrogándonos en sus interrogaciones, amando en sus amores, acariciando la luz en sus caricias, maravillándonos con su maravillarse. Continuaremos incluso debilitándonos con sus debilidades, encerrándonos entre sus encierros. No descuidaremos ni las anteojeras ni las pequeñas bajezas. Asumiremos en nuestra cuenta su parte de intolerancia, de estupidez y de indiferencia porque nosotros no somos sino sus hermanos y hermanas humanos, nada más que humanos. Pero trataremos de resistir todavía mejor en su resistencia, alimentaremos el fuego vacilante de nuestra memoria con el carbón punzante de su memoria.

Gentes de Madrid
Ya que nadie ha pensado
En pedirles perdón
Soy yo quien lo hará
¡Yo! ¿Quién soy yo? Mi nombre no les dirá nada
¿Por qué lo hago yo? Poco importa
El grito precede a la palabra
Que a veces precede el pensamiento
Y entonces el corazón tiene razones
Que el espíritu a veces ignora

Entonces perdón, gentes de Madrid
Perdón por estas noches futuras
Blancas o grises
Donde el ser querido
Regresará en fantasma amenazante
A reprocharles el haberlo sobrevivido
Perdón por la mano
Que no ha sido hallada de nuevo
Por el anillo de matrimonio calcinado
El estuche de maquillaje abierto
Utilizado en el último instante
Perdón por los zapatos intactos
Y el sostén oliendo exquisitamente todavía
A vainilla o a rosa
Perdón por los amantes en el corazón del andrógino
Partido en dos
Por la risa electrocutada de los niños
Perdón por las madres de la futura plaza
Del 11 - Marzo
Perdón por el silencio de mis hermanos
Por no decirles su indiferencia
Perdón por lo que algunos de ellos
Piensan en voz baja
Perdón por no haber hecho más y mejor
Contra el lobo que diezma
Mi propia majada
Perdón por no haber aprendido suficientemente
Su lengua
Para dirigirme a ustedes en el mejor castellano
Perdón a Lorca, Machado, Hernández
Por no habérselos hecho leer a mis hijos
Perdón por las lagunas y las encantaciones
Por los ojos secos de la compasión
Perdón por lo poco que las palabras pueden
Dicen a medias
Y a menudo no saben
Pero por favor
Perdón


Abdellatif Laâbi, Marruecos

Traducción de Rafael Patiño