Vivimos en un mundo
en el que cada segundo
vale más que un latido.
En el que el tiempo es cárcel,
y la cárcel, horario.
En el que el tiempo es hambre,
es salario, es piso a plazos.
Vivimos en un mundo
en el que un sueño desgrava,
donde el pasado no existe
y el futuro es de una Caja.
En el que el presente
es una deuda abierta
y unas horas
que no son nuestras.
La vida es de interés variable;
variable conforme a tu pobreza.
Los deseos están hipotecados
y salen billetes de nuestros brazos.
Vivimos en un mundo
en el que nuestros latidos
están devaluados.
Voces del Extremo, Poetas en Moguer. Poesía y Capitalismo, VV.AA. Fundación Juan Ramón Jiménez. Moguer, 2008
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