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miércoles, 21 de marzo de 2012

que el fuego recuerde nuestros nombres (1/6). Antonio Orihuela








Bailaron las dakinis
sobre mi atronador joven y después viejo corazón,
escuché la música de mis días en Pashupatinath,
reposó mi espalda
contra los ocho ojos de la estupa de Boudhanath,
una y otra vez me hundí
bajo el verde légamo del Lago de Proserpina, segué
todas las malas hierbas que vi crecer alrededor de mi vida,
se desenrolló la madeja por completo, estoy agotado
y el mundo se ha vuelto viejo y polvoriento,
lleno de telarañas que antes no estaban,
así que adiós, cierro los ojos,
os regalo este saco de huesos y estos ojos azules,
me marcho bajo la fina llovizna,
vuelvo al sin tiempo efímero, a la red de Indra,
a la guirnalda de flores, a los espejos del callejón del gato.

Vajra cortador,
troza y multiplica para la gran liberación y adiós.

Adiós Allen Ginsberg, coronado Rey de Mayo,
sentado para provocar la revolución mundial.

Adiós Timothy Leary, bondadoso padre alucinado,
viajero del Dharma y barquero del bardo,
condenado a treinta años de prisión
por posesión de dos cigarrillos de marihuana,
bilarín de todas las órbitas del éxtasis.

Adiós Aldoux Huxley,
que partiste libre y ligero hacia la luz
después de que se cumpliera tu último deseo,
una inyección intravenosa de LSD-25.

Adiós Owsley, mago, alquimista, pirata químico
que pusiste tú solito y en menos de dos años
ocho millones de dósis de ácido
en las calles de la costa oeste americana.

Adiós Ken Kesey, piloto de los nidos de cuco,
revoltoso cobaya
que cavilaste sobre la naturaleza de la locura
apoyado en una fregona.

Adios Merry Pranksters,
creadores del primer transporte psiquedélico,
que recorristéis América
en un viejo autobús escolar conducido por Neal Cassady,
pintado con alegres remolinos de color
y altavoces donde atronaba rock and roll
queriendo ir siempre más allá, más allá,
y que tanto acojonásteis a Jack Kerouac
cuando fuisteis a visitarle y os preguntó
antes de salir disparado
que si erais comunistas.

Adiós Be-In de San Francisco, adiós festivales de tripis,
adiós pasar al otro lado como salvajes muertos agradecidos.

Adiós Jefferson Airplane, Country Joe & The Fish,
Greateful Dead, The Doors, Steppenwolf, The Byrds,
adiós música, amor, adiós a los sueños de ácido
y que vayan subiendo al escenario
todos los que ya sepan que son Dios.





Antonio Orihuela. Todo el mundo está en otro lugar. Ediciones de Baile del Sol. Tegueste (Tenerife). 2011

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