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sábado, 19 de febrero de 2011




Esta vez he tenido suerte: el próximo jueves viene a Mallorca Ana Pérez Cañamares para hacer una lectura (ver el blog Apología de la luz, de Jorge Espina) en el Circulo de Bellas Artes, y podré ir a verla porque tengo vacaciones (os aclaro, para quienes aún no lo sepáis, que vivo en dicha isla, aunque a más de sesenta kilómetros de distancia de Palma, y tengo un curro de horarios intempestivos que no me permite disfrutar de ratos de ocio, habitualmente, a horas decentes...). Estoy contento; por fin podré conocer en persona a mi amiga Ana, que es una de mis poetas favoritas.


MI CASA

Mi casa tiene treinta metros cuadrados.
Vivimos en ella dos adultos,
una adolescente
y una gata anciana.

Mi casa es digna.

Si es de dignidad de lo que hablamos
mi casa es digna.

Mi casa es tan digna
como las chabolas de latas
como las casas barco
como las tiendas de refugiados.

Más dignas todas ellas
que la del especulador
la del director de periódico
la del dueño del banco.

Si es de dignidad de lo que hablamos:

La justicia de las palabras
- la belleza de la exactitud -
aún nos pertenece.


Ana Pérez Cañamares, Alfabeto de cicatrices

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