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miércoles, 21 de diciembre de 2011
testimonio, Louis-Philippe Dalembert
un día
empujé las puertas
del alba
y me senté
bajo una pórtico
frente al mar caribe
por única compañía
una pequeña silla de paja
que yo engaño por momentos
que yo engaño a veces
las noches de chaparrones violentos
cuando las lámparas
han detenido su diálogo
con una mecedora
de paja y las agrias estrellas
de un ron de caña
y allá
frente al mar
nuestros conciliábulos mudos
esperan cada vez
remontar la infancia
de su vagabundaje
también la adolescencia
de sus utopías
que tardan en extinguirse
un día
empujé las puertas del alba
desde entonces veo el mundo
a través de sus rayos
pálidos de sombra y azules de noche
sin las efusiones
de mis heridas
aquel día
frente a la mar caribe
soñé
con un poema
que en ninguna parte comienza
o en tal caso en la infancia
y no termina en ninguna parte
jacmel, 13/07/2006
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